𝐀𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥𝐬 𝐈𝐈「ʙɴʜᴀ」

𝚂𝚆𝙴𝙰𝚃 |𝙸𝚉𝚄𝙺𝙾 𝙼𝙸𝙳𝙾𝚁𝙸𝚈𝙰 𝙿𝙰𝚁𝚃 𝙸𝙸𝙸|

Estabas perdiendo la cordura. Se estaba escapando con cada lamida lánguida en tu boca, cada una de las exhalaciones de Izuku que se extendían en abanico por tu cara. Agarró tus caderas, atrayéndote hacia él, tirando de tu entrepierna contra la de él, donde podías sentir su polla presionando contra sus pantalones.

Podías verte en el espejo, por el rabillo del ojo podías ver la forma en que tus cejas se fruncían, la forma en que te veías tan jodidamente desesperada, las manos tirando de él y las caderas moviéndose descaradamente en su frente lo mejor que podías.

Fue vergonzoso, los ruidos que hacías, los pequeños chillidos y gemidos desesperados que dejaron tu boca cuando su mano ahuecó tu coño sobre tus jeans, sus dedos empujaron con fuerza la tela apretada para tratar de estimularte, para tratar de aliviar el dolor reuniéndose entre tus piernas. Podías sentir tu excitación, sentir la forma en que tu coño lloraba por él, una mancha resbaladiza entre tus muslos y arruinando tus bonitas bragas.

Te empujó contra el fregadero, con la cara enterrada en tu cuello mientras buscaba a tientas el botón de tus pantalones. Tus manos se dirigieron a la hebilla de su propio cinturón, agarrándolo demasiado fuera de tu mente para pensar en cómo lo ibas a deshacer, en lugar de tirar de él con gemidos bajos y murmullos de su nombre.

-Shhh está bien... -murmuró, sus manos encontrando las suyas para apartarlas -.Te tengo, voy a cuidar de tí.

-¿Sí? -preguntaste con los dedos en forma de bola en su camisa de nuevo.

-Sí, sabes lo que quieres. Te lo daré, ¿de acuerdo? -la voz de Izuku era suave pero tensa mientras desabrochaba la hebilla de su cinturón, liberando su polla.

Te quejaste cuando lo viste, juraste que había pequeños corazones en tus ojos. Cualquier atisbo de cordura que te quedaba huyó con tu modestia mientras lo mirabas. Larga y espesa, intimidante pero palpitante con su necesidad de tí.

Joder, te iba a llenar tan bien. Iba a follarte, a ponerte estúpida con su nudo porque sabía que lo necesitabas. Izuku es tan bueno, así que cediendo mientras tira de tus pantalones hasta tus tobillos y te coloca en el lavabo del baño, abriendo tus piernas con una palma ancha y áspera.

Él te miró por un momento, con los labios entreabiertos ante tu coño reluciente, la forma resbaladiza que hizo que el interior de tus muslos se pegará mientras pasaba sus dedos sobre él. Izuku quería recordar esto, recordar la forma en que se veía tu coño omega antes de que lo arruinará por completo, antes de ceder a este enfermizo deseo de engendrarte con él.

Esta habitación olía a él, llenó tu cabeza de tonterías y un deseo abrumador de ser llenada por completo.

-Izu... por favor -gimoteas, con las manos apretadas en pequeños y temblorosos puños sobre la encimera del baño.

Izuku se mantuvo erguido, tomando su polla en su mano y presionándola contra tu entrada, con la cabeza cayendo hacia adelante.

-No puedo... no puedo... -se atragantó, con los ojos enloquecidos cuando encontraron los tuyos, coincidiendo con un deseo frenético.

-Entonces no lo hagas. No lo hagas, Izuku -no esperes. Fóllame, fóllame, fóllame.

Y como si hubiera escuchado tus pensamientos (o lo que quedaba de ellos), tocó fondo, llenándote con el grueso estiramiento, luego ardor de su polla.

Izuku dejó escapar un gemido bajo, algo parecido a un gruñido mientras lo hacía, las cálidas paredes de tu coño lo chupaban, haciéndole señas para que se acercará y entrará en la parte más profunda de tí. Dió algunas embestidas experimentales, tratando de ser suave mientras sus dedos sostenían tus caderas hacia abajo antes de ganar velocidad.