𝐀𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥𝐬 𝐈𝐈「ʙɴʜᴀ」

𝚂𝙰𝙻𝚃 𝚆𝙰𝚃𝙴𝚁 𝚃𝙰𝙵𝙵𝚈 |𝚃𝙰𝙼𝙰𝙺𝙸 𝙰𝙼𝙰𝙹𝙸𝙺𝙸 𝙸𝙸|

Créditos a: plainbrunettelbl.

Situación: Te estás acostumbrando a trabajar con Tamaki, eso no significa que no sea difícil no suspirar por él.

━━━━━━━━》❈《 ━━━━━━━

• Habían pasado dos semanas desde que empezaste a trabajar con el tímido Alpha. Las cosas iban bien, te habías adaptado bastante bien. Aunque, la primera mañana que te quedaste en la casa de Tamaki fue un poco estresante.

• Cuando Tamaki te dejó esa noche, te dijo que vendría por la mañana para acompañarte al trabajo. Te habías levantado temprano para prepararle un buen desayuno como agradecimiento por todo lo que ha hecho por tí.

• La cocina estaba un poco vacía, pero habías reunido una pequeña canasta que contenía algunos alimentos básicos de cocina que podrías necesitar en su tienda. Habías protestado, pero él lo rechazó y dijo que era otro regalo de bienvenida.

• Ahora te quedaste frente a un horno haciendo panqueques y salchichas.

• La cocina era bastante espaciosa. Había una pequeña mesa para dos personas cerca de la ventana en la pared de la derecha, la habías abierto para dejar salir algo del calor que provocaba la cocción. Las cortinas blancas se mecían con el viento.

• Sacaste la vajilla, colocando un plato de panqueques en la mesa cuando algo saltó por la ventana. Te dió un susto que derribaste un vaso tratando de alejarte del intruso repentino.

• Un pequeño chirrido se escapó de tu pecho.

• No sabías que Tamaki estaba a punto de tocar la puerta principal cuando escuchó un estrépito y tu chirrido angustiado, se apresuró a empujar la puerta para abrirla y entrar corriendo en la casa. Encontró tu cuerpo conmocionado mirando los cristales esparcidos por el suelo, se dió cuenta de tus pies descalzos de inmediato.

• —No te muevas, Omega. Iré a tí —ordenó suavemente, caminando hacia tí. Una vez que se hubo acercado lo suficiente, envolvió sus brazos alrededor de tu cintura y te levantó. Te sorprendiste por sus acciones, tambien estabas en shock que él podría llevarte sin esfuerzo.

• Puede que no lo hubiera parecido, pero los años de acarrear cajas de comida, latas de pintura y productos enlatados le habían hecho algo bueno a su cuerpo.

• Te sentó en un mostrador de madera cercano antes de ir a la despensa y sacar la escoba y el recogedor.

• —Gracias, Tamaki. Lamento haber roto uno de tus vasos, me aseguraré de reemplazarlo —te disculpaste, entristecida por la idea de que él estuviera enojado contigo.

• —Está bien, estoy seguro de que no me lo perderé. ¿Está todo bien? Te escuché chirriar antes de entrar —miró por encima del hombro mientras barría el desorden brillante.

• —Algo saltó por la ventana —tus ojos se dispararon hacia la ventana abierta. Las cortinas blancas, te impedían ver bien al intruso.

• Una lengua rosada y ojos azules helados te saludaron. Un perro sonriente estaba apoyado en el alféizar de la ventana sacando la nariz como si estuviera esperando algo, su pelaje tenía tantos colores diferentes que ni siquiera sabías qué raza de perro era.

• Tamaki negó con la cabeza al perro.

• —Debería haberte advertido sobre él. Es uno de los perros del vecino, se llama Charles pero lo llamamos Charlie desde que era un cachorro y se quedó —arrojó el vaso roto antes de ir al plato de salchichas y enganchar uno.

• Charlie soltó un pequeño gruñido ante la acción, ansioso por llevárselo a la boca. Su lengua rebotaba con cada jadeo.

• —Mi mamá solía darle un poco de tocino o salchicha cuando venía, debió esperar que tú hicieras lo mismo. La casa ha estado vacía por un tiempo así que pensé que dejaría de venir —arrojó la salchicha por la ventana haciendo que el perro la persiguiera.