Vi al señor John atravesar una puerta al final del pasillo y lo seguí a través de ella, quedándome en el umbral de la grama que había del otro lado. La noche parecía recia, la luna iluminaba todo el cielo y no habían nubes, sonreí ante eso, una sensación de calma me invadía.
— ¡Hey! — el llamado me hizo bajar la mirada consiguiendo al señor John sentado de espaldas hacia mi, volteado observándome. Arrimo la silla a su lado y me invito a sentarme dando unos golpecitos sobre la madera de la misma.
Asentí un poco fuera de lugar, en realidad en mi vida había visto este señor y el que fuera el padre de Jess no me hacia sentir mas tranquilo, pero ya que, empecé a encaminarme hasta la silla y cuando me senté en ella, mire de reojo al señor, ahora el observaba el cielo con una sonrisa.
Fruncí el ceño sonriendo, se le notaba los años que llevaba pero así parecía un pequeño niño.
— ¿Sabes? no vengo a regañarte, — comento de la nada haciendo que clavara mi mirada en el suelo, — eres un buen chico, pero esa mujer que esta allá dentro de la casa es mi esposa y la madre de la chica que amas... — dijo a lo que le mire con cierta rabia.
— La madre que debió haber sido para mi. — replique descontento, pero para mi sorpresa el señor John simplemente me observo con apacibilidad, como si no notara mi molestia, para luego posar su mano en mi hombro aun observándome fijo.
— Hijo, ¿tu no has cometido errores? — pregunto calmado, y por un instante simplemente cerré mis ojos, apartando mi rostro.
Había cometido bastantes, mas de lo que puedo contar con mis dedos.
— Si pero... — trate de argumentar pero me interrumpió.
— Ella te dio la vida, y esta bien, te dejo, pero se aseguro de que estuvieras con alguien que te amara y pudiera darte lo que ella no podía darte. — explico y aunque esa fuera su opinión yo no la compartía, y a esta altura me parecía incoherente.
— ¿Si? ¿la misma mujer que mato a todas las personas que llamaba familia? — inquirí entornando los ojos, el señor John elevo sus cejas apartándose, dejando su espalda apoyarse en el respaldo de su silla.
Suspiro audiblemente y luego me miro.
— Es cierto, no te voy a cuestionar ese punto, pero ¿me vas a decir que esa mujer no te cuido y dio todo lo que necesitabas antes de que eso sucediera? — pregunto y en ese instante desvié la mirada bufando, detestaba tener que cederle la razón pero la tenia.
— Es cierto, si lo hizo. — dije entre dientes mientras me cruzaba de brazos, decidido a no seguir con esta conversación.
¿Quién se creía el para opinar acerca de esto? no tenia ni un minúsculo problema parecido al mío para andar opinando.
Hubo un silencio, y solo observe el cielo tratando de calmarme, de conciliar todo lo que había desordenado el encontrarme con la mujer que verdaderamente me trajo al mundo.
— ¿Amas a Jessica? — pregunto de la nada el señor John, pero aun así seguí observando el cielo e instintivamente sonreí, esa pregunta era fácil de responder.
— Por supuesto, no pensaba en otra cosa que volverla a ver... — dije aun observando la luna, recordando todos esos días que miraba el cielo pensando en ella, — Jessica era mi ultima esperanza. — fue entonces cuando deje perder mi mirada en el cesped, ella siempre parecía darme esperanza.
El señor John se removió un poco y cuando lo observe le vi apoyado con los antebrazos en sus piernas.
— Ella es una chica maravillosa... — dijo y luego mantuvo un silencio con una sonrisa de añoranza, — Merece paz y felicidad, — me miro y yo asentí, — así que confió en que tu sabrás que hacer para que esa paz que ella necesita se mantenga. — me lo dijo tranquilo, no me lo exigía, solo esperaba que yo tomara la decisión y eso se sintió bien.
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LEJOS... [#2]
Teen Fiction"ℒ𝒶𝓈 𝓂ℯ𝓃𝓉𝒾𝓇𝒶𝓈 𝓉ℯ 𝒽𝒶𝓇𝒶́𝓃 𝓅𝒶ℊ𝒶𝓇 𝓅ℯ𝓇ℴ 𝓁𝒶𝓈 𝓋ℯ𝓇𝒹𝒶𝒹ℯ𝓈 𝓉ℯ 𝒶𝓎𝓊𝒹𝒶𝓇𝒶𝓃 𝒶 ℯ𝓃𝓉ℯ𝓃𝒹ℯ𝓇 𝓅ℴ𝓇𝓆𝓊ℯ ℯ𝓈𝓉𝒶𝓈 𝓅𝒶ℊ𝒶𝓃𝒹ℴ." Justo donde se une y colisiona todo se forma una historia. Pero hay mucho mas detrás de lo que y...