— Toma mi amor—mi mama me brindo una taza caliente de chocolate, haciéndome sonreír mientras la recibía. Seguía sentada en mi cama en posición de indio, tratando de tranquilizarme de aquel ataque.
Aspire el olor profundamente, dejando que su calor me invadiera para luego tomar un pequeño sorbo, ya era tarde, quizás la una de la madrugada pero seguía muy despierta, después de todo cualquier cosa era mejor que encontrar mi pesadilla al cerrar los ojos.
—Espero que con esto puedas dormir bien—comento atrayendo mi atención, y cuando note aquel peluchito de conejito sentí mi corazón encogerse de ternura, deje la taza en mi mesita de noche para tomarlo entre mis manos, observándolo como si en el vivieran todos mis recuerdos de la infancia e inevitablemente lo abrace fuerte contra mi pecho—¿Recuerdas que cuando llovía por la noche siempre te acostabas y le susurrabas historias a Orejas hasta que caías rendida? solías decir que él estaba asustado y que si tú le dabas el ejemplo de valentía se sentiría protegido—sentí una pequeña sonrisa expandirse por mi rostro, era cierto, eramos mi pequeño Orejas y yo.
Percibí como los dedos de mi mama acariciaban mi pómulo hasta llegar a mi barbilla y al elevarla observe como me miraba con tristeza, como si solo soñara conmigo.
—Siempre has sido muy valiente mi pequeña—dijo haciendo que las emociones se removieran en mi interior de nuevo,empezando a notar todos los bordes borrosos y mi nariz calentándose.
—No para todo mama... —dije con la voz contenida por la lagrimas, me sentía tan sola, y aunque ella estuviera aquí no podía confiar en ella ni en nadie.
Baje la mirada sintiendo como se me escapo una lagrima que se hundió en la tela de mi manta.
—Me dejaste ir... —dije con la voz quebrada—dejaste que ella tratara de destruirme—solloce apretando a Orejas contra mi pecho— ¡ Me abandonaste!—le grite con rabia que había guardado durante todo este tiempo, era mi madre se suponía que tenia que cuidarme— ¡Lo sabias! sabias lo que haría esa...—me frene de golpe, ninguna palabra era suficiente.
—Hija... —susurro levantándose de la cama pero solo logro que me enfureciera mas.
—Yo no soy tu hija—negué sintiendo como el dolor crecía hasta estrujarme el pecho—¡Soy hija de ese monstruo! y tu me dejaste ir con ella, ¡Me enviaste directo a mi muerte! ¿¡a eso le llamas amor!? ¡No amas a nadie!—Grite cada vez mas fuerte mientras me levantaba sobre la cama.
—Jessica...— susurro mientras sus ojos se aguaban.
— Me siento tan sola, creí que podía confiar en ti... —dije sintiendo como mi corazón se caía a pedazos—creí que me amabas... —musite cerrando mis ojos.
—Claro que te amo mi amor... —dijo con la voz quebrada a lo que yo negué con tristeza, no podía creérselo, simplemente no tenia como hacerlo.
—Vete por favor —le pedí —solo... déjame estar sola—dije dejándome caer en la cama, y al meterme dentro de las mantas escuche el sonido de la puerta al cerrarse.
Ahora era solo yo y el silencio, mas todos los recuerdos que zumbaban inquietos al borde de mi conciencia.
(...)
Quería evitar recordar muchas cosas pero se arremolinaban en mi mente consumiéndome, Marie, la casa, aquella noche, Bobbi.
Jace...
Cerré los ojos con fuerza, no, nada estaba bien, ¿Dónde está él?, ¿Sigue vivo? ¿Despertó? ¿El está...?
No.
YOU ARE READING
LEJOS... [#2]
Novela Juvenil"ℒ𝒶𝓈 𝓂ℯ𝓃𝓉𝒾𝓇𝒶𝓈 𝓉ℯ 𝒽𝒶𝓇𝒶́𝓃 𝓅𝒶ℊ𝒶𝓇 𝓅ℯ𝓇ℴ 𝓁𝒶𝓈 𝓋ℯ𝓇𝒹𝒶𝒹ℯ𝓈 𝓉ℯ 𝒶𝓎𝓊𝒹𝒶𝓇𝒶𝓃 𝒶 ℯ𝓃𝓉ℯ𝓃𝒹ℯ𝓇 𝓅ℴ𝓇𝓆𝓊ℯ ℯ𝓈𝓉𝒶𝓈 𝓅𝒶ℊ𝒶𝓃𝒹ℴ." Justo donde se une y colisiona todo se forma una historia. Pero hay mucho mas detrás de lo que y...