Capitulo 1.- Idas y llegadas

2.3K 199 117
                                    

De la mierda...

Tres palabras, perfecta descripción de como estaban todas las cosas en mi vida desde que desperté en ese hospital. Tenía clara dos cosas a esta altura, la primera, quizás no volvería a ver a Jessica pues ya hace seis meses que no se sabía nada de ella, y la segunda, me iría a Londres pues no soportaba estar ni un segundo mas en Florida.

Si, era oficial, me iría, y el poco o nada de tiempo que llevo apoyado en el barandal que se extiende justo frente a este enorme vidrio que da hacia la pista de aterrizaje no he hecho otra cosa que pensar en la lejana y a la vez tan esperanzadora posibilidad de volverla a encontrar, que siguiera viva...

— Mi amor estas muy pensativo, ¿qué te pasa?— sentí como posaron una mano en mi hombro y al voltear ligeramente conseguí el rostro de Amelie.

— Nada — esquive cortante su pregunta, no es que un drama de su parte me hiciera falta ahora.

Sentí como reposo su cabeza en mi hombro seguido de un suspiro profundo y exagerado.

— Sé que estas nervioso, es un gran paso, irse lejos, reiniciar tu vida—  rodé los ojos con cansancio, no era eso lo que me tenía de mal humor, no era el bendito viaje el que me tenía envuelto en mis pensamientos en este instante — ¿Jace que te pasa? —sentí que hablaba repentinamente molesta y al voltear me di cuenta que me observaba con sus ojos saltones — Me apartaste el hombro, ¿Acaso ya no me quieres?—  aquí vamos de nuevo...— ¿acaso solo esperas irte y olvidarte de mí?—  su voz empezó a quebrarse y yo solo podía observarla con una expresión que decía claramente ¿es en serio?—  ¡Ni siquiera te interesa que esté a punto de llorar!—chillo con los ojos cristalinos haciéndome bufar en un intento de apartar cualquier comentario hiriente que pudiera brotar de mi boca, y como siempre hasta hace dos semana la atraje hacia mis brazos y la resguarde en mi pecho.

— No tienes porque ponerte así, solo estoy un poco disperso, sabes que te quiero— dije con calma mientras acariciaba su espalda. La sentí estremecerse un poco antes de alejarse para mirarme fijamente.

— Te quiero mucho más—

 Pasajeros del vuelo 119 sin escala a Londres, por favor abordar por la puerta de embarque D6, Pasajeros del vuelo...— 

— Supongo que ya tienes que irte — dijo con atisbo de tristeza, observándome con aquellos ojos azules bañados por la claridad que emanaba del vidrio.

Sonreí a duras penas y entrelazándola entre mis brazos me despedí

— Hablamos pronto — le asegure tomándola de los hombros cuando nos separábamos, a lo que ella asintió en respuesta.

Deje un beso en su frente sellando el adiós y empecé a andar con las manos en mis bolsillos por el pasillo. Sentía mis pies pesados, irme significaba renunciar a mi última esperanza, y no quería.

Las dos últimas semanas habían sido, en pocas palabras, un remolino de verdades que me agobiaban, empezando por el hecho de que recién conocía a mi tía Maryn.

— ¡Hey! ¡Señor! — escuche que me llamaba lo que parecida ser una voz femenina fingida y al voltear lentamente vi el rostro pálido de Dex e instintivamente reí — ¿Podría regalarme su boxer? Es que me dio pereza ponerme uno esta mañana — reí aún mas al escuchar eso, ya hacia tanto tiempo que no escuchaba esa frase.

Lo vi acercarse y cuando estuvo frente a mi logre calmarme.

— ¿qué haces aquí? — le pregunte.

—  Ah, ahora me recibes como si hubiese bebido toda la madrugada y fueras mi esposa —dijo enarcando las cejas en sorpresa.

Reí nuevamente.

— Sabes que no me refiero a eso—  le aclare— Digo, ¿no que estabas en Nueva York?— inquirí.

— Si lo que pasa es que como ya conquiste Nueva York ahora voy por Florida —dijo con sarcasmo, y por un instante nos quedamos serios pero al siguiente reímos  —okey, ahora si va en serio; mi mamá está enferma, me tome un mes para venir a cuidarla — me aclaro.

— Comprendo—  observe a mi alrededor para luego volver mi mirada a Dex—   yo me iré a Londres —vi su expresión de sorpresa— pasaron un par de cosas y creo que será lo mejor para mí en estos momentos—  dije tratando de no recordar todo lo que había sucedido.

Dexter guardo silencio por un instante

 Pasajeros del vuelo 119 sin escala a Londres, por favor abordar por la puerta D6, Pasajeros...— 

— Ese es mi vuelo — suscite llamando su atención — tengo que irme — el asintió y chocando los puños como en secundaria nos despedimos.

— Que te vaya bien hermano, ¡éxito!—  exclamo cuando empecé a alejarme, asentí en la distancia observándolo pero cuando voltee impacte contra alguien de repente. Mis sentidos fueron mas rápidos y logre sujetarla antes de que cayera al suelo.

— Discul... — me quede sin terminar la frase apenas vi como esos ojos verdosos subían lentamente para conectarse con los míos— ¿Jessica...?

Ella se mantuvo en silencio un instante mientras su mirada inquieta viajaba por la mía.

 —Jace...

Sentí como algo me sacudía de repente externamente y todo se disolvió hasta tornarse negro. Solo fue hasta que abrí los ojos y note el asiento de avión frente a mí donde me encontraba.

— Oye pensé que no despertarías, hay turbulencia, abróchate bien el cinturón — me dijo la chica que estaba sentada a mi lado, no me acuerdo muy bien de su nombre pero sé que también fue contratada por Price.

Abroche mi cinturón y los ajuste mientras el avión se turbaba una vez más.

— ¿Cuánto falta para Londres?  —le pregunte a la chica, que me observo con una sonrisa.

— Dos horas — me respondió, y sin duda ya no había forma de volver nada atrás.

Dassy.

Llovía afuera y yo estaba en la cocina con Jhon, pero nada estaba bien, nada podía estar de maravilla sin Jessica aquí.

Me senté en la silla de la mesa y tome un sorbo del café oscuro, pero nunca, en tanto tiempo, me supo tan amargo.

— Ya no sé qué hacer Jhon, que ella no aparezca es mi culpa — dije observando la ventana, ya era de noche pero el agua de la lluvia se escurría por el vidrio visiblemente.

Pude observar por el rabillo del ojo como Jhon se volteaba para observarme apoyado en la encimera.

— Todavía hay esperanza de que aparezca—  dijo dándome ánimos pero no funcionaba, me sentía culpable y lo era, debí protegerla.

— Tu no lo comprendes... — dije entristecida volviendo mi mirada hacia el— yo la deje irse, aun sospechando de lo que pudiera ser capaz esa...—  baje la mirada hacia el tono oscuro del café, sintiendo como las lágrimas empezaban a hacerse mas presentes conforme mi vista se hacía mas borrosa.

— Amor...  —sentí como Jhon empezó a acercarse pero el timbre sonó justo cuando estaba por tocarme — Espera, iré a ver — dijo y lo escuche alejarse a través del pasillo.

Clave mis codos en la mesa mientras sumergía el rostro entre mis manos, en estos cuatro meses que han transcurrido me he sentido demasiado decaída, pues la extrañaba y continuamente me reprochaba mi decisión aquel día.

<<Ojala estuvieras aquí conmigo pequeña...>>

— Mamá... — sentí que me llamaban a mis espaldas y al identificar enseguida esa voz, retire las manos de mi rostro sin poder creérmelo.

<<No puede ser ella...>> pensé mientras negaba, pero aun sin darme la vuelta. Hasta que sentí una mano suave y fría posarse en mi hombro.

— Aquí estoy mamá...—  fue entonces cuando, al rotar lentamente mi cuello di con aquel rostro dulce que extrañaba.

— Mi niña... — dije dejando caer las lágrimas por mis mejillas.

Jessica enseguida se aferró a mí, abrazándose con tanta fuerza que sentía que no respiraba, sin embargo teniéndola allí me devolvía el aliento.

LEJOS...  [#2]Where stories live. Discover now