Capitulo 2.- No estoy "bien"

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Esa maldita pregunta retumbo en mi cabeza como cinco veces antes de enderezarme temblando.

No, mi respuesta es no.

—Hija ¿ donde has estado?— cerré los ojos respirando profundo, no era momento para perder el control, no era el momento de gritarles... solo respira jessica, inhala, exhala...

— Amor, ¿te encuentras bien? —escuche la voz de mi mama y un sentimiento asfixiante empezó a recorrerme como una oleada de fuego, esa maldita pregunta de nuevo—Estuvimos preocupados, ¿Dónde has estado?—solté una risa seca negando, apartándome de ambos, presionando mis cienes como si fueran botones de reset, literalmente me sentía temblar con cada palabra que emergía de su voz.

— ¿Ahora si te preocupa?—escupí con rabia elevando mi mirada lentamente mientras me daba la vuelta, consiguiéndome con los ojos cristalizados de mi mama y el ceño fruncido de mi papa— ¿Donde estuve? ¿Quieres saberlo?— inquirí mordaz, percibiendo la confusión en sus rostros. — Sufriendo, hundiéndome en mis pesadillas, ¡SOLA!—grite fuera de mí, no podía controlar mis emociones—¿¡Por una maldita vez consideraste decirme que Marie era mi mama!? ¿No se te ocurrió que iba a matarme?—vocifere desprendiendo lagrimas sin control.

— Jessica, yo... — dijo negando lentamente pero no era suficiente, no lo era.

—Por poco muero y respondeme ¿Donde estabas tu? te sentaste a ver como iba directico al infierno y no me detuviste ¡Me dejaste!—le grite agitando mis manos en el aire, me había contenido suficiente. 

La vi observarme inquieta pero estaba callada, ¡Demonios!. Tape mi rostro con ambas manos por la frustración y de repente sentí como unas manos me tomaban por los hombros logrando que me batuqueara para zafarme y cuando despeje mi rostro vi a mi padre a mi lado, observándome con aquella expresión que decía "Por favor detente..."

Lo mire por solo un segundo y sentí mi corazón caer en pedazos, desfalleciendo en el llanto antes de que me envolviera con su brazos.

(...)

Estaba caminando lentamente a través de mi habitación, ya no lucia igual, estaba vacío, ya no habían notas pegadas en las pared del espaldar de mi cama ni productos encima de la peinadora, simplemente era el juego de cuarto hecho en madera de siempre.

Suspire dejando ir toda la pesadez que sentía en mi pecho y como si no tuviera fuerzas me deje caer encima del edredón de la cama.

<<...>>

Corrí fuera del local siguiendo el chico que recién me había librado de la situación en la que me había metido, y al verlo acercarse a un lamborghini negro me detuve.

Sube al auto grito mientras rodeaba la trompa del auto y yo sin protesta abrí la puerta del copiloto sin vacilar y me introduje de una sentada en el asiento, sintiendo como paralelamente el chico introducía las llaves en el contacto mientras yo me ajustaba el cinturón de seguridad, lista para el arranque.

Tan rápido como piso el acelerador nos saco en cuestión de segundos del lugar, introduciéndose en la carretera, donde después de unos metros a alta velocidad empezó a cuartear el veloz desplazamiento del auto.

Sentí mi corazón empezar a apaciguarse conforme el kilometraje se reducía, sin embargo estaba helada, sin contar lo pálida que debía lucir por los nervios del instante.

¿Estas bien? me pregunto el chico a mi lado, por lo que voltee, consiguiéndolo con su mirada fija en el camino y sus manos firmes sobre el volante.

LEJOS...  [#2]Where stories live. Discover now