Después de la charla con su maestra Kokomi, (además de la intromisión de la pequeña Sayu), Gorou decidió que hablaría con Scaramouche e Itto.
Estaba realmente enojado, los tomaría del cuello, los ahorcaría y luego obligaría a Kazuha, Kokomi y Sayu a esconder los cadáveres. Porque si, estaba así de enojado.
Estaba tan enojado que los estudiantes a su alrededor no se atrevieron siquiera a mirarlo; después de todo, en aquella Academia la gente era inteligente, por eso sabían que tratar con Gorou en ese estado te costaría al menos un hueso roto.
Y ahí estaban ellos, los únicos tres chicos capaces de hacerle frente a un Gorou enojado.
Uno aparentemente siendo intimidado por los otros dos mientras todos lo veían sin hacer nada.
Así que ahora estaba él, el único chico capaz de hacerle frente a un Gorou enfadado siendo intimidado por dos pendejos.
Uno con más fuerza que cerebro y otro con más insultos que palabras normales en el vocabulario.
— ¡Ustedes dos, dejen a Kazuha en paz si no quieren que les rompa la cara! — Ordenó con enfado Gorou, quien al gritar llamó la atención de todo el salón. Haciendo que todos empezaran a cuchichear sobre las razones por las que Gorou estaría tan enojado.
Por otro lado, Itto y el apodado "Scaramouche" estaban literalmente tiesos del miedo, si los vieras podrías decir que eran un par de estatuas, pues ni siquiera parecían estar respirando.
— ¡Gorou! Gracias a los Arcontes te he encontrado, estaba realmente asustado de lo que me harían tus amigos — Lloriqueo Kazuha apegándose a él, como si fuera un gato buscando refugio de un par de niños malcriados.
Gorou se sonrojo ante la ternura que las acciones del más bajo le transmitían. — ¡No dejaré que te hagan algo! — Prometió con determinación, olvidándose por completo del hecho de que Kazuha podría derribar sin mucho problema a Itto.
— ¡¿Q-Qué!? ¡Nosotros no estábamos haciendo nada! — Gritó Itto en un intento de defenderse. — ¡Solo queríamos hablar con él, te lo juro por su abuelita! — mencionó apuntado a Scara.
Gorou y Scara le miraron con una cara que a cualquiera le daría miedo.
A Kazuha esa mirada se le hizo tierna a su manera...
— Itto, este no es momento para bromas. —
— ¡Pero es que! —
— ¡Itto! — gritó haciendo callar al más alto. — Ustedes dos, vengan conmigo. Ahora. —
Y ambos chicos asintieron, tal vez no vivirían para contarlo... Pero vivieron una vida plena y sin remordimientos.
(Kazuha no hacía nada, solo estaba ahí con cara de tonto enamorado viendo como Gorou arrastraba a los otros dos chicos fuera del aula)
Otro día normal en las vidas de Kazuha, Gorou, Itto, Scaramouche y por supuesto, sus compañeros de escuela.
