Remember

185 21 17
                                    

-T-

Gruño mientras me giro dándole la espalda a la ventana que alguien ha abierto y me cubro con las sábanas.

-¡Niall Horan! -Liam brama y tira de las cobijas. Gimoteo y me retuerzo. -¡Tenemos que hablar!

-No ahora, por favor -Estoy agotado, el cuerpo me duele. Demasiado placer en unas pocas horas.

Tanto...

Abro los ojos de golpe y me incorporo, sentándome, arrojo la sábana a un lado y corro hacia el baño, casi cayendo de paso.

-¡Niall! -Liam me persigue, quedándose quieto frente a la puerta del baño.

No puede verme con más sorpresa que con la que yo me observo a mí mismo.

Estoy lleno de marcas. Chupetones, mordidas, mis muñecas están ligeramente amoratadas con las huellas de unos dedos largos y sé que si extiendo el elástico de los pantalones de pijama e incluso los de la ropa interior, hallaré más.

Me sonrojo furiosamente.

-Niall -me giro hacia mi mejor amigo, que está sonriendo-¿con quién te metiste anoche?

Lo miro fijamente por lo absurdo de su pregunta. Liam sabe a la perfección que jamás pido nombres, ni doy el mío.

Su pregunta cobra sentido cuando tocan la puerta y le pido que vaya a abrir mientras reviso a conciencia mi reflejo en el espejo. Oigo a mi amigo compartir un saludo y, de pronto, alguien más aparece frente a la puerta del baño.

Estupefacto, miro al hombre de rizada cabellera y ojos verdes tan hermosos como unas esmeraldas.

-¿¡Qué haces tú aquí!?

Liam se deja ver a su lado y me extiende un post-it color verde, hay un número escrito y un nombre. Sin mis lentes no distingo bien qué dice.

-Tiene un auto de ensueño -Liam mira con adoración al rizado, quien ríe y, para mayor incredulidad mía y de mi mejor amigo, le dice:

-¿Quieres probarlo? Dejé las llaves en el auto, es todo tuyo por las próximas tres horas, si lo quieres.

-¿Cómo sabes que no huiré con él? -le sonríe mi amigo.

-¿Con la cara inocente que tienes?, ¿y esos ojos de niño? Lo dudo mucho.

Liam gira a verme con ojos brillosos.

-¡Diviértanse!

-¡Liam! -clamo, pero él ya se ha ido, dejándome con...

-Niall -trago saliva. ¿Cómo sabe mi nombre? Yo no se lo dije, ¿verdad? Estoy casi totalmente seguro de que no lo hice-no recuerdas que te dije que volvería para ver cómo estabas, ¿cierto?

-No -admito, frunciendo el ceño. Tengo que forzar mucho la vista, dejé mis lentes sobre el buró junto a mi cama - no lo recuerdo.

-¿Quieres que vayamos por un café? Vi un Starbucks de camino, pensé en pararme a comprar, pero... -su voz se pierde y nos encontramos mirándonos sin decir nada durante largos segundos.

-Lo lamento -rompo el silencio, por el bien de ambos-Si te soy sincero, no recuerdo nada después del séptimo orgasmo compartido -me encojo de hombros, sintiendo mi rostro quemar sin poder hacer nada al respecto-no necesitas comprarme nada además.

Abre la boca, pero me apresuro a avanzar y él se hace a un lado por acto reflejo, siguiéndome tras vacilar unos instantes.

-Niall...

-¿Quién te dijo mi nombre?

-¿Qué?

Encuentro mis lentes y me los pongo. Mi cabello está echo un desastre, de nuevo a su habitual estado y confío en que mi yo del día a día lo convenza de irse.

-¿Yo te dije mi nombre? No lo recuerdo.

Él parpadea y sonríe levemente.

-Wow -susurra-entonces en verdad no recuerdas nuestra charla al final ¿eh?

-Nada después de a ti mordiéndome el cuello por tercera vez -asiento, llevando una mano a la zona-no, no me duele, descuida -me apresuro a aclarar, cuando da un paso más cerca-entonces, ¿sí te di mi nombre?

-Me diste mucho más que solo tu nombre, Niall -él parece enfadado, o frustrado, o ambas cosas-nosotros... tú y yo...

-No soy alguien que repita experiencias, para ser sincero -aviso, encogiéndome de hombros-pero si es eso a lo que has venido...

Él guarda silencio.

Y me doy cuenta de que en serio lo he ofendido.

Espero a que se vaya, pero en su lugar, se me acerca peligrosamente y su boca no demora en impactar contra la mía, demandante desde un inicio.

-Muy bien, entonces -gruñe.

Me arroja sobre mi cama y me toma ahí, sin compasión alguna, y yo me dejo hacer.

No es hasta el tercer orgasmo que lo recuerdo.

-¿Por qué no lo intentamos? Salir, quiero decir.

-¿Lo dices en serio? Ya tuvimos sexo, ¿no es ir hacia atrás?

-No lo creo, realmente quiero conocerte.

-Soy un tipo bastante corriente, en verdad. Vivo solo, pocos amigos, sin emociones fuertes, tranquilo...

-Pues quiero estar ahí para meterle emoción a tus días.

-¡Jajaja! Pero, ¿qué dices? ¡Cuando dije que era tuyo fue solo porque estaba demasiado borracho de placer, espero que no te lo tomaras en serio!

-Lo hice. Ahora me dices tu dirección, voy a dejarte en casa como el caballero que soy.

-No lo haré. Tomaré un taxi como hago siempre, pero gracias de todas formas, caballero desconocido.

-¿En serio no quieres saber mi nombre?

-Nope.

-A mí me gustaría saber el tuyo.

-Qué pena.

-¿Por favor?

-Noup.

-¿Por favorcito?

-Nai.

-¿Porfis?

-¿Seguirás con esa ridiculez hasta que te lo diga?

-Y te diré el mío a cambio, sí.

-Pfff... Bien. Solo lo diré una vez y no puedes repetirlo, ¿oíste?

-Entendido.

-Soy Niall.

-Y yo soy...

-Harry -jadeo, y sus ojos verdes brillan con lágrimas contenidas en mi dirección.

-Niall -asiente.

Y, por algún inexplicable motivo, me aferro a él.

Fin.

Much Older, Much Better n.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora