Capítulo XI: El riesgo de enamorarse...

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Bella frenó de un tirón su motocicleta

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Bella frenó de un tirón su motocicleta. Había demasiada gente en la bahía, como lo predijo Hermione... No había manera de pasar por allí.

—Te lo dije.— Hermione cruzó sus manos.

—Te morías por decirlo, ¿Verdad?

—Un poco... Sí.

—No hay lío... Solo daré la vuelta y...— Fue entonces cuando Bellatrix notó que, por dónde venían, unos autos de la policía acordonaron el lugar.— Mierda.— No podía girar, los policías le pedirán su indentificación y en ese momento no era bueno que vieran quién era.

—Sabes yo solo... Caminaré.— Hermione se bajó de la moto y comenzó a caminar a dirección de las personas que pasaban por allí.

—¿A dónde vas?

—A ver la obra.— Dijo Hermione girándose.

—¿Y qué se supone que haga yo?

—Yo no quiero ir a ese bar. A Viktor no le importará si no voy, créeme. Es a ti a quien te esperan.

—¿A mí?— Bella aseguró la moto y se bajó de ella.— ¿De qué mierda hablas Hermione?

—De kristine.— Hermione sonrió con sarcasmo.— Oh, pero qué digo, esa perra al ver que no llegas te esperará en tu cama. Debe de ser tan buena mascota, tan rubia y obediente.

—¿De verdad crees que tienes el derecho de reclamarme el estar con Kris? ¡Tú eres la que me trató como basura el día de hoy y además me pasas por la cara a ese idiota!

—Pero se ve que no te afectó en absoluto, Bella. ¿Cuánto te duró la molestia? ¿Dos segundos mientras llamabas a la maldita Barbie sirena? ¿O justo cuando te la estabas follando? Luego tienes el descaro de mandarme botellas de vino a mi mesa para que note que no estás sola. ¡Para que sepa que nunca estarás sola porque tendrás compañía!

La conversación se detuvo. Todo el mundo comenzó a mirarlas ya que no hablaban en un tono moderado. El teléfono de Bella comenzó a sonar, era Kristine.

—Oh, genial.— Hermione le sonrió.— Contéstale, tal vez ya se haya quitado el sostén y te esté esperando en tu maldita alacena.

Si Ginny pudiera ver la actitud de Hermione en ese momento la hubiese desconocido totalmente. Realmente sentía unos celos demasiado fuertes por Kristine. La odiaba y solo había compartido dos líneas con ella, a lo sumo.

—¿Hola?— Bella atendió la llamada.

—Bella, amor, ¿Dónde estás?— Kristine hablaba en un tono alto ya que la música de fondo no permitía que escuchara de manera óptima. Así que fue inevitable que Hermione, quién estaba a una distancia corta, no escuchase.

—Tomé un atajo y está cerrado así que estoy atrapada en la bahía.— Mientras Bella le respondía a la rubia, Hermione había decidido seguir caminando. Lo que obligó a Bellatrix a seguirle el paso. Habían muchos policías y podría haber infiltrados del Servicio Secreto. Para su desgracia, tenía que cuidar a Hermione.

ONE DAY OF SUMMER [Un día de verano]×(AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora