Salió de ahí rápidamente, la puerta había sido abierta. Hoseok había llegado.
-¿Me esperabas, cielo?.
-Estas loco Hoseok. - el mencionado frunció el entrecejo. Se acercó a su esposo.
-¿Perdón?.
-Eres un demente. - alzó el cuaderno, Hoseok se lo quito rápidamente. - Hoseok, puedo ayudarte. - tomo sus manos con cuidado. - Conozco a alguien que podría ayudarte.
-No. - Hoseok apartó sus manos y negó. - Nunca. - no iba a volver a ese lugar, no, debía estar con su esposo. - Me necesitas.
-No es así.
-¡Me necesitas! ¡Sin mi tú no eres nada!.
-¡No es así!. - Hoseok abrió sus ojos en sorpresa, Namjoon nunca le había gritado. - Podemos resolver esto.
-No tengo nada que resolver. - lo había intentado, bajo la mirada y miró aquel collar, era la llave. En un movimiento rápido le arrancó el collar a Hoseok y comenzó a correr. - ¡Namjoon!. - grito furioso el pelirrojo.
El moreno estaba asustado, pero por nada del mundo iba a detenerse. Ahora entendía porque Hoseok había decidió comprar esa gran casa, era como un laberinto, no tenía fin.
-¡Me necesitas!. - Hoseok camino hasta una de las cajas de madera que habían en la sala, sacó de su bolso una llave y la abrió. Era una escopeta, de cuando Nam y el iban de casa.
Le dio un tiro al techo, solo para verificar que funcionaba.
Namjoon dio un respingo ante ese fuerte sonido, si no lograba salir de ahí iba a terminar muerto.
Hoseok comenzó a caminar, no tenía prisas, sabía que Namjoon no iba a escapar de él. Nunca.
Y tuvo razón, al verlo querer saltar de una de las ventanas de las habitaciones, Hoseok corrió hacia el y lo tomo del brazo. Namjoon soltó un grito.
-No me dejaras. Nunca. - Hoseok tomó la escopeta y apuntó hacia su marido. - Eres MÍO. Solo mío.
-Hoseok, por favor. Entra en razón, estás mal. - Namjoon estaba asustado a muerte, sabía de lo que era capaz Hoseok, y temía por su vida. - Podemos arreglarlo, Solecito.
Hoseok negó con lágrimas en los ojos, no iba a perder al amor de su vida, a su corazón, a su razón de vivir, no lo iba a permitir.
-Podemos encontrar la manera. Seremos felices otra vez. - Hoseok bajo el arma, cayó al suelo y comenzó a llorar más fuerte. - Lo lograremos. - Namjoon se puso de pie, tomó la escopeta y la alegó de su esposo.
-No me amas. Por que no soy Jin ¿cierto?. - el moreno se quedó callado. - Me pinte el pelo de rojo por él, quise ser como él para que me amaras. - Namjoon salió de la habitación, era hora de irse.
Hoseok solo lo vio, cerró sus ojos al escuchar el sonido de la puerta abriéndose y después de unos segundos se cerró.
Se puso de pie, camino hasta el arma y la puso dentro de su boca.
Si Namjoon ya no iba a estar con él ¿Qué sentido tiene vivir?.
Apretó el gatillo.
Namjoon entró de nuevo al escuchar el fuerte sonido, corrió hasta la habitación para encontrarse con el cuerpo de su esposo lleno de sangre y con un agujero en su cabeza.
