Obsesión | Avengers

Capítulo 1: Primera vez

Punto de vista tercera persona.

Desde que era apenas una niña Jazmín había deseado tener a alguien que fuera capaz de matar por ella, si un pensamiento algo enfermo para una niña de 8 años, su madre la mandó al psicólogo por lo mismo. Y aún con sus 20 años lo sigue deseando como jamás lo había hecho.

Pero ella se prometió a si misma que olvidaría todo lo que tenga que ver con esos temas, ella nunca podría volver loco a una persona como para que haga atrocidades solo para tenerla... Eso era lo que pensaba ella.

Hoy hacía un día hermoso, nublado y con frío, y para Jazmín no era un día mas perfecto para ir de compras al supermercado.

Ella se alistó como era adecuado para el día, se puso sus pantalones vaqueros, una blusa blanca y sus tenis blancos. Se maquillo lo más natural posible, un delineado, sus cejas, corrector, un poco de rubor y su labial de brillitos.

Salió de su casa y tomó un taxi, estaba inquieta, tenía un buen presentimiento de su día y eso la ponía muy feliz. Posiblemente el universo había escuchado sus deseos y los cumplió.

El universo es muy generoso después de todo, no solo le mandó uno si no 13 personas que la amara. Hermoso ¿no lo creen?

Bajó del taxi y se metió al super, agarro un carrito y empezó a meter todo lo que necesitaba, de vez en cuando metía una que otra chucheria.

Justamente ese día, los hermosos héroes también habían decidido ir de compras ellos mismos, necesitaban despegarse y más Tony Stark quién no hacía mucho se había enterado que su amada Pepper Potts lo había engaño con uno de sus amigos.

En busca de alguna distracción para el millonario, los demás héroes decidieron ir a comprar chucherías al super.

Metidos en su mundo y en las carreritas, no se dieron cuenta cuando una joven iba pasando por ahí, haciendo que ellos chocarán con el carrito de ella.

Discúlpenos, señorita, no nos fijamos - habló el soldado rubio mientras ayudaba a la joven a pararse.

Si, no se preocupen, fue un accidente - murmuró ella sin levantar la vista de sus pantalones que se habían ensuciado un poco.

Todos dirigieron su mirada a ella y la observaron detallamente.

Su cabello lacio caía por sus hombros, sus manos eran delgadas y blancas, sus ojos que tenían un delineado perfecto y sus grandes labios pintados con brillitos, hicieron que los héroes soltaran un jadeo ante su belleza.

La joven agarro de nuevo su carrito y empezó andar de nuevo con el mientras agarraba una sabrita morada, estaba nerviosa y demasiado, había chocado con sus amores platónicos y había quedado como una torpe. Como una pequeña niña torpe.

Ella les dio un última mirada antes de seguir con su camino.

Su corazón latía demasiado rápido y podía sentir como gotas de sudor empezaban a bajar por su frente.

Antes de que ella pudiera doblar hacia el otro pasillo, Tony Stark la habló.

Ella se paralizó en su lugar y maldijo en voz baja, se seco las pequeñas gotas de sudor de su frente y dio la vuelta para encontrarse con el grupo mirándola fijamente.

Como una disculpa, déjanos pagar tus compras. - Habló el hombre negándose por completo a que se fuera.

La joven abrió sus ojos lo más que pudo, estaba muy sorprendida.

Oh, no hace falta hacer eso, solo fue un simple accidente, Señor Stark - mencionó ella mientras se tapaba un poco la boca para ocultar su pequeña sonrisa.

No, fue nuestra culpa, déjanos hacerte este favor - habló de nuevo el hombre, totalmente cautivado por como mencionó su apellido, sonaba espléndido en la boca de ella.

La chica dirigió su mirada hacía su carrito de compras y volvió a negar.

O pasanos tu número de teléfono. Acéptalo como un trueque. - habló ahora el Soldado del invierno.

Ella se puso de nuevo nerviosa, pero aceptó, es mejor pasarles el número a que deje que le paguen las compras.

No dejaría que vieran su caja de tampones y mucho menos su caja de condones que llevaba oculto entre las cosas que compraba.

Se sonrojo ligeramente y les tendió el papel donde llevaba escrito su número telefónico.

La primera en agarrar el papel fue la viuda negra o más conocida como Natasha Romanoff.

Con su permiso, me retiro - habló Jazmín y les dio la última sonrisa antes de perderse por los grandes pasillos del super.

Todos se miraron unos a los otros y solo dijeron dos palabras.

La encontramos...