Die

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Desperté en aquel vacío cuarto, oscuro y lúgubre, mi Quirk que hace calor me da frío por las noches heladas. Hoy no era la excepción.

Desde aquel día que me escapé de casa deje de sentir calor en mi, mis cicatrices son una prueba de ello, para mí esto es algo indoloro; cuando aquel extravagante adulto me encontró y me llevó a la base donde te encontré, me di cuenta de algo, te habías pasado por algo similar a lo mío, tu mirada y tú personalidad me lo habían confirmado por completo.

Esa pelea como recibimiento que tuvimos me hizo sentir algo, un sentimiento que desde hace tiempo estuvo lejos de mi alcance, con el rozar de tus yemas sobre mis cicatrices sentí dolor, algo que muchos odiaron pero yo me sentí bien, por fin sentí algo de dolor sobre mi cicatrizada y podrida piel quemada, pensé que ya me había sanado, tome un par de grapas y volví a colocarlas sin miedo sobre el lugar que habías tocado, nada.

Me hice varias pruebas y solo sacaba sangre de aquellos lugares, pero ningún dolor, volví a pensar y llegué a la conclusión de que fue mi imaginación tras no haber comido durante semanas.

Llegó la hora de la comida, estaba hambriento pero lo disimulé, cuando tú tocaste otra herida el dolor se hizo presente una vez más, te mire a los ojos con el ceño fruncido.

“—Duele”.

Te aclare en el momento.

“—A mi no me duele”.

Fue tu respuesta, vacía y estúpida.

Volviste eso como una incesante broma que terminó siendo una dependencia para mí, porque no era un dolor que te hacía querer acabar con ello, era un caluroso dolor hasta donde no había cicatrices, en aquellas frías noches de invierno tú me tocabas como broma pero yo me ponía feliz de recibir calor. Chocaba con Toga buscando que no solo fueras tú, empujaba a Twice pensando que solo era un error, hablé con Compress intentando llegar a una conclusión, ví con Magne que era más que una pequeña situación, oi con Spinner que de eso se trataba el amor, y con Kurogiri llegué a ver de que tú eras lo que me faltaba para tener el calor que deseaba desde hace años.

Ahora me abrazo a mi mismo en la oscura soledad de mi fría habitación, esperando que tú vuelvas a jugarme aquella broma de tocarme para hacerme sentir dolor, pero son delirios míos el pensar que tú volverías.

—Estúpidos héroes.

No podía decir más, era lo que podía decir con aquella poca voz que tenía.

Era un martirio para mí escuchar aquellos gritos célebres por tu muerte, si lo que buscaban era la muerte de una persona, consiguieron la de dos. Porque contigo se fue mi pobre alma y cabe aclarar que fue por amor, hice todos esos asesinatos con amor y deseo ser recompensado con calor en cada invierno. Ahora solo quedan los recuerdos sobre heladas y melancólicas vistas de lo que pudimos haber sido si me hubieras escuchado.

"Simplemente-DabiShiga"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora