3.- Abuso de poder

467 56 29
                                    

― ¿Por qué tengo que estar aquí? ― Murmuró la joven con cierta molestia, mientras se balanceaba disimuladamente sobre sus talones. Liebe en su forma diminuta se posó en su hombro.

― Porque eres de la guardia real ― Respondió bajito jugueteando con una coleta del cabello femenino.

Noelle lo miró de costado. ― Gracias por aclararlo ― Suspiró, mirando a sus alrededores; todo parecía bastante normal, excepto por esa enorme fila de mujeres que atravesaban por aquella puerta esperando una "audiencia" con su majestad. Inconscientemente frunció el ceño molesta de presenciar aquello. Sabía que en algún momento el príncipe gritón tendría que desposarse, pero la idea no lograba digerirla completamente. ― ¿Por qué sólo yo? ― Extendió sus manos. ― No veo más caballeros por aquí ―

Liebe recargó su mejilla sobre una de sus manos y sonrió de lado. ― sabes bien el por qué Lady Noe... ― Le recordó con burla.

La joven, como muy pocas veces, sintió sus mejillas calientes. ― Últimamente me toma como su objeto de diversión con sus actitudes absurdas, no veo que hay de bueno en eso ―

Desde que habían cumplido la mayoría de edad, Asta estaba empeñado en lograr la mejor propuesta de matrimonio para Noelle; el joven Príncipe se entusiasmaba tanto con su ideas que las cosas resultaban en un desastre total, avergonzado a la guerrera de cabello plateado.

― Le gusta tenerte cerca, no hay respuesta más simple qué esa ― Le corrigió el pequeño demonio.

Noelle se cruzó de brazos, rindiéndose con la conversación. ― Tonterías... ― Pensó.

Era imposible.

Sus mundos eran muy diferentes.

Nuevamente alzó la vista y se detuvo en la figura de él. Le parecía increíble lo mucho que cambiaba a la hora de tomar el mando, después de todo era un príncipe, pero muy pocas veces lo veía actuar con responsabilidad y seriedad; sin duda era una faceta que le agradaba mucho.

Desde que se unió a la Guardia Real, lo veía casi diario. Algunas veces corría para hablar con ella y otras tantas se lo encontraba de casualidad entrenando con su enorme espada Danma.

Poco a poco, Noelle Silva se fue acostumbrando a la presencia de Asta.

― Oye, parece que es tu entrada ― Murmuró Liebe, dándole palmaditas en la cabeza para sacarla de sus pensamientos.

La joven parpadeó con confusión y después enfocó su vista en Asta, quién le hacía señas con la mano para que se acercara.

Aun ligeramente confundida, de forma mecánica avanzó hacia el príncipe; para ese entonces, el pequeño demonio ya había desaparecido.

Una vez Noelle estuvo a su lado, Asta volvió a retomar la palabra frente a las doncellas.

― Bien, como decía... agradezco infinitamente el tiempo que se han tomado al venir aquí y lamento que sea en estas circunstancias ― Empezó a decir con calma. ― Los del parlamento real, a veces toman decisiones sin consultarme ― Se empezaron a escuchar ligeros murmullos entre las presentes. ― De momento, creo que debo declinar la propuesta de tomar a alguna como esposa... ― Una exclamación general inundó el salón.

Noelle de inmediato se giró al cenizo con sorpresa. Éste le sonrió, y ella negó al reconocer esa sonrisa traviesa en sus labios.

Aquí va de nuevo...

Con la mirada le pedía a gritos que no hiciera o dijera algo estúpido. Pero él sólo disfrutaba de la expresión femenina.

Una joven rubia de entre la multitud alzó la mano. ― Majestad, disculpe mi descortesía... pero creo que merecemos saber el porqué de su decisión ― Unas cuantas chicas atrás, asintieron estando de acuerdo con la opinión de la primera.

Cásate conmigo|Astelle (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora