7.- Despejar inseguridades

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Noelle mantenía la vista en ningún punto en específico. Intentaba encontrar una explicación al comportamiento de Kai, se sintió mal por él, sí, pero jamás sería capaz de corresponderle; sin embargo la forma en la que había reaccionado la dejó en verdad asustada.

De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por una mano pesada sobre su cabeza.

― ¿Capitán Yami? ― Pidió ella, mirándolo por arriba.

El hombre con su inseparable cigarrillo, sonrió de lado. ― Hey ― Y le palmeó un par de veces la cabeza plateada. ― Tienes rato así... ― Comentó y se sentó a su lado en aquel pasto. ― ¿A quién debo asesinar? ―

Ella sonrió. Recordaba como hace unos años, conocieron a uno de los entrenadores de Asta, el espadachín Fanzell Kruger en una situación bastante curiosa. Le parecía un hombre pervertido pues se postró ante ella totalmente desnudo, despavorida corrió hacia Yami, quien de no ser por el cenizo, lo hubiese asesinado. Desde entonces, el peli negro y ella mantenían una relación tipo padre-hija, y en verdad le gustaba.

Negó, aun contagiada de los recuerdos. ― No es nada ―

Yami le dio una calada a su cigarro. ― ¿Segura? ― La chica se removió algo incómoda. ― No soy un experto... pero puedes hablar ― Se encogió de hombros. ― Quizás te sea útil ―

Noelle se abrazó a sus rodillas y empezó a ordenar sus ideas. Pasaron unos cinco minutos en silencio, hasta que la joven, totalmente sonrojada, habló.

― Me gusta Asta ― Sorprendentemente lo soltó sin titubear, dadas las últimas circunstancias podría decirse que ya estaba al menos un 85% segura de lo que decía.

El hombre no dijo nada, sólo dejó salir el humo del tabaco. Así que ella prosiguió. ― Pero... no está bien, los cuentos de hadas son sólo eso ― Se encogió de hombros. ― Yo... simplemente... no puedo ser una opción...no soy suficiente ―

Su discurso se vio interrumpido por la risa escandalosa de Yami. Lo miró totalmente confundida. ¿Acaso había dicho algo gracioso?

― Sí me lo preguntas, ningún mocoso será suficiente para ti Noelle ― Anunció dejando de reír y avergonzando a la chica con sus palabras. ― Sin embargo, sí es el enano... no veo problema alguno ― Y añadió en voz baja. ― Son tus gustos raros... ―

Ella lo miró acusatoriamente. ― ¡Capitán! ― Pidió, se supone que quería ayudarla no atormentarla más.

― Está bien, ya ― Apagó el cigarro y se volvió a la joven. ― Nunca te menos precias, no deberías empezar a hacerlo ahora y mucho menos con tus sentimientos ― Le sonrió con algo de burla. ― ¿Te asusta ser Reina? ―

De estar bebiendo algo, ya se hubiera ahogado. Sin embargo tosió y su rostro enrojeció. ― ¿No cree que su mente viajó demasiado al futuro? ―

El hombre se encogió de hombros disfrutando de su reacción. ― Sí te vas a desposar con el mocoso es obvio que eso va suceder ―

Más calmada ella agregó. ― Me gusta el campo de batalla, de pedírselo, sé que Asta no me lo prohibirá ― Sonrió mirando a la nada. ― No me aterra ser de la realeza ― Aseguró y después suspiró sonoramente. ― Sin embargo mis acciones empezarán a ser vistas por más ojos, no quisiera crearle una mala reputación al Príncipe ―

― ¿Crees que a él le importe? ―

― No ― Soltó una risilla al darse cuenta de lo rápida que fue su respuesta. Y es cómo no serlo sí lo conocía a la perfección.

Yami se puso de pie. ― Entonces haz lo que tengas qué hacer, no es que se vayan a casar al día siguiente ― Se cruzó de brazos. ― Ambos tienen mucho que aprender, tanto de ustedes como del Reino ― Sonrió de lado. ― Sea lo que sea, les irá bien ―

Cásate conmigo|Astelle (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora