No invoques al diablo o pongas las manos sobre el fuego, porque tu vida estaría en riesgo.
Pero tampoco te enamores, eso es acabar con ella aún más tortuosamente.-↷︙🍷-
El estómago ya no le rugía esa tarde como el día anterior, y se alegró de no tener que recurrir urgentemente a aquella tienda de mierda dónde estaba ese chico que colmaba su paciencia creyéndose superior.
No quería saber su nombre, sólo que deje de trabajar ahí para que no lo irrite.
No tenía hambre, pero... su adicción interna le estaba rogando una cajeta de cigarros.
Diablos, quería uno en su boca ahora mismo.
Gruñó y a regañadientes se paró, caminó hasta la entrada, tomó sus cosas y salió refunfuñando.
Bien podía no ir o buscar en otra parte, pero su impulso mayor le decía que corra a aquél supermercado por ese sexy... Esperen, no era sexy, por ese irritante chiquillo con complejo de presidente superior.
Si. Iría a por él.
Al entrar mascullando uno y mil insultos, tomó un carrito de la entrada y caminó hasta dentro para buscar aquello que su cuerpo quería.
Encontró el estante que los contenía, y sonrió para tomar cinco cajas. Le durarían tanto que no tendría que volver a ése estúpido lugar.
Aprovechó para comprar algo de "comida verdadera" porque tampoco se odiaba como para no comer nada, así que dejó dentro tres cajas de ramen instantáneo y un paquete de arroz simple para sobrevivir.
Se apuró a ir a la caja para terminar con eso lo antes posible y correr a ver su saga de películas favorita.
Dejó los productos en la esquina y luego alzó su mirada al chico irritante.
Su corazón se frenó enseguida.
El castaño jugaba con su cabello raspando su cuero cabelludo con sus uñas hacia atrás, se había quitado esa gorra ridícula roja con el nombre del lugar y sus ojos cerrados más sus labios entreabiertos y esas gotas de sudor en su cuello le habían dado un disparo a su corazón.
Mierda. Retiraba su decir sobre que no era sexy.
Pero aún así seguía siendo irritante y no le agradaba, así que no le contestaría mejor porque haya descubierto que era sensual.
—Fumar te mata, chico moreno malo. Será mejor que sólo lleves el ramen y el arroz, aún que puede engordarte.
Namjoon sacudió su cabeza, y lo miró fijamente dándose cuenta de su mirada intensa y deseosa. Frunció su ceño y volvió a su habitual postura intimidante.
—Sólo ponlo en la bolsa.
—Bien bien.– refunfuñó y terminó de embolsar todo, extendiendo su mano al muchacho para que le entregue el dinero, lo cual hizo bufando esperando que el otro busque el vuelto mientras él guardaba su billetera.–Por cierto, deberías dejar de mirar a las personas así o pensarán que quieres follarlas.
Kim alzó su vista impresionado y cuando lo hizo Jin ya no estaba, sólo su vuelto y la bolsa con sus cosas enfrente suyo.
Confundido miró a todos lados, pero nadie había. Sólo una señora a unos metros miraba los productos de una estantería lejana.
Con mucha más confusión tomó sus cosas y se largó, pensando en aquél extraño suceso, aún que se convenció de que el idiota le estaba jugando una broma.
☹︎☻︎☺︎︎
—No mamá... Bien. Si, lo sé. Tengo que atender el mercado ya te lo dije... De acuerdo, te amo adiós.– suspiró, cortó la llamada y guardó su teléfono en su bolsillo trasero. Miró la libreta frente a él con sus tareas encargadas por su jefe.
Maldito hombre.
Se levantó, y como hace dos horas no entraba nadie, no importaría que salga de ahí por rato. Sólo iría a acomodar los estantes, y si alguien llegaba se apresuraría y luego seguiría con sus tareas. Simple.
Así que ahí estaba, agachado lastimando sus rodillas limpiando el fondo del estante de snacks, y como nadie había por esos lares no le importaba su posición o que su camiseta se esté alzando hasta su pecho dejando expuesta su espalda baja y cintura por inclinarse.
No había problema ya que nadie iba, ¿no es así?
Comprobó que no.
—¿Tratas de seducir clientes ahora?
Frenó de repente al escuchar esa voz.
Apretó sus párpados y maldijo bajito.
Salió y se sentó sobre sus pantorrillas reincorporandose para luego pararse y enfrentarlo cara a cara.
—Me quitaste esa buena vista.–se amargó él de brazos cruzados, y Jin no quiso mirar los músculos que se marcaban.
—Mejor. No me gusta provocar erecciones. Qué asco.– dió media vuelta y levantó del piso rápidamente el trapo con el que limpiaba, para después encaminarse a otra zona alejada de ese idiota.
—Espera!– lo frenó impulsivamente, y el castaño frunció el ceño parándose en seco.
—¿Porqué sigues viniendo?–habló aún de espaldas a él.
_Yo...–lo sintió acercarse por detrás, y su cuerpo tembló.–No lo sé.
—No lo sabes...
—No. Tú...– murmuró, acercando su nariz hasta su nuca para aspirar el dulce olor que emanaba. ¿Qué maldito perfume usaba ese idiota que lo tenía delirando?– ¿Me ayudarías a descubrirlo?
Seokjin se quedó de piedra. Sintiendo cómo aspiraba su nuca dónde había llegado aquél perfume que Taehyung le había regalado.
—Sé que no te agrado.
—Oh, no lo haces... Pero tienes algo fuera de esa actitud de hijo de puta que me gusta. Créeme.– murmuró ronco, aún contra su espalda pero sin rozarla con su cuerpo.
—No me gustan lo tipos malos.
—¿No?
—N-no.– tragó grueso ante aquella voz ronca.
—Qué mal... Yo haré que te gusten.
—¿Ujum? ¿Cómo?– le cuestionó, sus voces sólo salían en murmullos, casi susurros.
—Quizás... mostrándote lo bueno que puedo ser siendo malo.
Espero les guste, gracias por leer! Cuídense ❤️❤️
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good to be bad © namjin
Fanfiction❝Puedo ser muy bueno siendo malo, amor❞ Donde Seokjin es un vendedor aburrido que se topa con su mejor cliente en un día más en el trabajo: Kim Namjoon, a quién cree un niñato y su nuevo objeto de burla, pero eso no hará más que crear una tensión se...