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Él lo mira, y en su mundo se pierde observando cada facción que tiene y que lo embelesa cada vez más.
No sabe que ha caído, pero su corazón lo siente. Quizás éste último al fin es preso del amor, y ha roto sus cadenas de maldad, por siempre.

—↷︙🍷—


—¿Servicio de atención al cliente, cuál es su consulta? ¿Tuvo usted un inconveniente con uno de los empleados en nuestro mini supermercado Whalien?

—Uhm, desgraciadamente si.

—¿Podría contarme cuál fué su problema?

Una erección. ¿Podría usted contactarme con el empleado Kim Seokjin de caja para hacer un reclamo personal y un reembolso?

N-Namjoon!

¿Te harás cargo tonto? Te fuiste como si nada y tuve que bajarlo solo.

Ugh. No es mi culpa que te excites así sólo por un par de roces. El idiota eres tú.

Claro. ¿Estás aún de turno o te fuiste temprano?

Espera, ¿sabes mis horarios?

Digamos que tuve que hacerlo. Además, voy todos los días a ése estúpido mercado, si no me los aprendía sería un completo tonto.

Aún así lo eres...– susurró entre dientes.

Te escuché.

Lo sé.

Ambos hicieron un silencio algo largo, sin saber cómo seguir. Namjoon rompió aquél silencio porque diablos, deseaba empotrarlo fuerte contra la caja y escucharlo gemir su nombre pidiéndole más.

Entonces...

Carajo si, mi jefe no está y nunca viene nadie. Ven ya idiota sexy.

—Llegaré en menos de un parpadeo, prepárate amor.

☹︎☻︎☺︎︎

Namjoon entró con sigilo al lugar, como si quisiera entrar a asaltar o tal vez a una casa embrujada.

Lo consumían muchas emociones, pero ninguna como la lujuria que se reflejaba en sus orbes en expectación de ver al caliente chico que lo traía loco aún que lo irrite.

Quizá si le gustaba Seokjin. Bueno, no es que fuera una gran sorpresa porque era increíblemente atractivo, pero quería sin duda conocerlo más, ese deseo lo invadía además del carnal. Quería conocer a Seokjin y tener una relación con él, no sólo acosarlo cada que entre a comprar sus porquerías como excusa para verlo.

No supo en qué momento pasó, pero de un día para otro ya se tenía en insomnio pensándolo involuntariamente, aún que no quisiera.

Escuchó ruidos del baño que lo hicieron salir de sus pensamientos, y al mirar confundido la puertita al fondo de un pequeño pasillo lejano, lo vió salir.

Despeinaba su cabello el cuál había mojado, sus ojos estaban cerrados y sus labios tarareaban alguna canción que el moreno no reconoció, se dirigía a la caja donde estaba sentado cada día a la misma hora, y al llegar antes de sentarse abrió sus ojos y lo miró.

—Ho-hola...– saludó con sus orejas tiñiendose de rojo y el nerviosismo palpable en su rostro avergonzado.

Namjoon esbozó una sonrisa de lado y se acercó para apoyar sus codos en la superficie donde se ponían los productos que Seokjin registraba para ser comprados. Lo miró de arriba a abajo y relamió sus labios, haciendo temblar al muchacho sentado y nervioso enfrente suyo.

good to be bad © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora