Memories of Fire and Ice

06

"Memories of a Concubine"

Memory, all alone in the moonlight
I can dream of the old days
Life was beautiful then
I remember the time I knew what happiness was
Let the memory live again

Daylight, I must wait for the sunrise
I must think of a new life
And I mustnt give in
When the dawn comes, tonight will be a memory too
And the new day will begin.

Memory- Barbra Streisand.

Recuerdo que era solo una niña pequeña cuando llegué al Gran Palacio. Mi familia, en aquel entonces no era rica ni pobre, pero aún así pasábamos de vez en cuando por dificultades. El mundo del espectáculo era maravillosamente bello, pero muy inestable e impredecible. Siempre dependíamos de lo que ganáramos en nuestras presentaciones durante nuestros viajes de pueblo en pueblo.

Algunos nos llamarían gitanos o circenses, pero mi familia prefería referirse así misma como "Repartidores de Felicidad y Esperanza".

Fue en uno de esos tantos viajes, en una pequeña aldea en los bordes más lejanos del Imperio, en donde mis padres se encontraron con una de las "sombras". Los espías de la Dinastía Al Ghul, al servicio en aquel entonces de la Sultana Madre, quien traía consigo una proposición que sacaría a mi familia de la miseria. Mi padre se indignó ante semejaste propuesta, sin embargo el asesino se mantuvo inmutable ante las palabras coléricas de mi progenitor. Pero para bien o para mal, con tan solo diez años, sabía perfectamente cual era la mejor decisión que tomar con solo el mirar a mi madre colocarse una de sus manos sutilmente en el vientre. Estaba embarazada otra vez, y eso significaría que dentro de unos meses no podría actuar. Éramos una familia numerosa, donde yo era la única chica, y si bien todos trabajábamos y ayudábamos durante las presentaciones la situación empeoraría en cuanto llegase el cercano invierno. Ellos no querrían dejarme ir, no querían entregarme, y yo no quería irme tampoco. Aún así, tomé la dedición más importante en mi vida.

Y nunca me he arrepentido.

A cambio de mi libertad, mi familia recibió una suma imposiblemente grande de dinero, con la cual, a lo largo de los años han sabido administrar y vivir con plenitud a base de ella.

Pero eso yo nunca podría verlo.

Puede que con el nuevo Sultán muchas leyes antiguas hayan sido eliminadas, y la esclavitud se haya prohibido con el paso del tiempo; pero existía una que se mantenía regente: Una vez una chica entraba al harem del Sultán, todos sus lazos familiares eran cortados de inmediato y todo su pasado carecía desde ese momento de importancia.

Morías y renacías como un ser nuevo.

La Sultana Madre, me nombró personalmente Aisha, "la que está llena de vida"; y así mi vida en el harem comenzó, junto con otras niñas, con las cuales encontré amistad y cariño; y una nueva familia. Fui educada en diferentes aspectos que nunca pensé que tendría o llegaría aprender, desde idiomas hasta artes plásticas, música y canto, escritura y temas políticos, modales, etiqueta; temas que solo una princesa o futura reina debería estudiar, y por supuesto, el arte de la seducción. Siempre el último me pareció bochornoso para ya mis entonces trece años de edad, pero sin importar cuantos sonrojos o ganas de escapar tuviese, las maestras eran de mano dura con respecto a este tema, y, quienes según ellas era el de mayor importancia, y la razón absoluta por la cual estábamos aquí.

Para complacer al Sultán.

Para darle un heredero a la Dinastía Al Ghul.

Era una cruel competencia que con el paso de los años convertiría la amistada que habíamos creado en pos de nuestra soledad, en puro odio. Quien llegase primero a los aposentos del Sultán, tendría más oportunidades de darle un heredero, y de convertirse de esa forma en Sultana.
La guerra entre nosotras se intensificó considerablemente una tarde en la cual Thalia, la Sultana Madre, nos mandó a llamar con el objetivo de dar un paseo por los Jardines Reales para luego tener una "amena" charla, seguida de una "armoniosa" merienda. Ese día le conocí por primera vez.