ONESHOTS TOKYO REVENGERS

⛩️SANZU⛩️

Advertencias: +18
Claritas_788

Los trillizos Kawata.
Chicos de 20 años, con 0 responsabilidades, metidos en un negocio ilegal. Venta de drogas.

Solíamos desaparecernos de nuestra casa para ir a traficar mercancía al antro. Sacábamos buenas ganancias. El trillizo mayor, Nahoya, se perdía en el calor de las chicas al terminar nuestra mercancía.
El trillizo del medio, Souya, se perdía en el alcohol. Y yo, la trilliza menor, se perdía en las drogas.

Mi pareja sexual, Sanzu, casí siempre estaba pisandome la sombra para asegurarse que no me acostará con otro.

—¿nos vamos?

Asentí con la cabeza y tomé su mano. Busque a los mayores con la mirada, Smiley estaba entrando al baño con una chica y Angry se estaba devorando a otra.

Llegamos a la casa Kawata. Una familia demasiado disfuncional. Parecía casa de los puros trillizos.

Estábamos completamente drogados. Mis hermanos se quedaron en aquel lugar de mala muerte, igual o más drogados que nosotros. Los besos subian cada vez más de intensidad, nos dirigimos a mi habitación donde nos deshicimos rápido de todas las prendas.

Sanzu se coloco el condon y me penetro contra la pared de una estocada, logrando un gemido fuerte de mi parte. Sus embestidas eran profundas y rápidas, mis piernas temblaban gracias al placer, la habitación se llenaba de sonidos obsenos y calor. Logré mi primer orgasmo y mis piernas quedaron temblando.

— ¿cansada? - se acercó a mí oído y susurro- Esto todavía no empieza.

Mi piel se erizo y el me avento a la cama, comenzó a besar cada parte de mi cuerpo, dejando marcas en lugares donde mis hermanos pudieran visualizar fácilmente.

Empezó a besar mi cuello, bajando por mis clavículas hasta llegar a mis pechos, hizo una pausa en ellos y empezó a jugar con su lengua, dejando una que otra marca.

Después de un rato siguió su viaje, bajo por mí estómago, se separó un poco para delinear mis no muy marcados cuadros, siguió hasta llegar a mi vientre el cual empezó a marcar y morder, se salto a mis piernas, dejando marcas en mis piernas internas. Me miró extasiado para esconderse entre mis piernas y empezar a lamer esa zona tan sensible, simuló embestidas con su lengua para después introducir 2 dedos.

— Me encanta como tu cuerpo me dice lo excelente que soy haciéndote esto, doy por seguro que los otros no te hacen sentir así de bien.

No podía hablar, de mi boca solo salían gemidos y maldiciones. Cuando ya iba a llegar a mi orgasmo volvió a penetrarme. Cada vez iba más rápido. La habitación volvía a inundarse de sonidos obsenos y nuestros gemidos.

Masajeaba mis pechos y los mordía. Dejaba marcas sobre mi piel y cuello. Este hombre me va a matar.

Tuvimos un clímax glorioso. Y a él no le importo nada, solo siguió, hasta que el cansancio también lo mató.

Desperté gracias a un fuerte ruido en la planta baja. Me puse unas bragas y una camiseta robada de Smiley, y corrí para bajar las escaleras. Pude ver como Angry dormía plácidamente en el sillón, mientras Smiley le lanzaba cosas a Sanzu desde la cocina. Estaba muy ebrio y drogado.

—Profanaste a mi hermana, maldito.

Su voz temblaba. Yo estaba las risas hasta que vi como un sartén le caía en la cara a Angry. Los 3 nos quedamos petrificados, viendo como el peliazul se levantaba del mueble con un gesto más molesto de lo normal.

Corrí a mi habitación y la cerré con seguro. Me fije en las cámaras de seguridad y pude ver como Angry le pegaba un sartenazo a Smiley. Sanzu escapó para llegar a mi habitación. Cuando entro volvimos a cerrar con seguro.

Había pasado 1 hora aproximadamente y yo me tenía que bañar. Me iba a meter a la tina cuando Sanzu se apareció enfrente.

—¿puedo?

Asentí y se metió primero. Yo me metí y recargue mi espalda con su pecho. Comenzamos a besarnos, un beso tranquilo que fue subiendo de intensidad.

—Mierda, Sanzu.

Su mano había viajado a mi clitoris comenzando a masajearlo. Recargue mi cabeza sobre su hombro, mientras gemia sin descaro.

—No te vayas a venir sin permiso.

Sanzu se caracterizaba por ser rudo en la cama. Era dominante y muy impaciente.

Sus toques aumentarón de velocidad. Su mano libre la llevó a mi entrada y metió 2 de sus dedos. Callaba mis gemidos con besos.

—deseo que te corras para que me puedas montar

Eso bastó para empezar a sentir como un nudo se formaba en mi vientre, como señal que ya estaba llegando a mi limite.

El aumento sus movimientos y llegué al anhelado orgasmo. De un movimiento me volteó quedando frente a frente. Comencé a montarlo, utilizando mis piernas de palanca. Entre besos, gemidos y extasis llegamos al orgasmo. Sin darnos cuenta que Smiley había abierto con una llave.

—Ahora si cagaste, maldito drogadicto.

810 palabras.

Tengo la teoría de que sería muy brusco, pero son las 3:00 a.m y no se me ocurrió otra cosa.
Smiley es un amor.
No olviden pasarse por mi otra historia Eres mi oscuridad y sufrir junto a mi.