2.-La Caja Ronca - Ibarra

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Tipo de Texto: Leyenda ecuatoriana
Tipo de contenido: "A" Apto para todo público
Género: Terror y Misterio
De el Libro: Relatos y Leyendas del Ecuador
Había una vez un niño llamado Carlos que una noche tubo que ir a regar los cultivos, para pasar la noche se quedó en la casa de su amigo Manuel para pasar la noche hasta las 11:00, fue entonces cuando se fueron a dormir y más después Carlos se despertó oyendo raros sonidos, oía un tambor y una flauta tocando una melodía repetida "Bum, tru lulu, Bum, tru lulu". Carlos despertó a Manuel quien también había estado oyendo esa rara melodía
-Oíste esa melodía
-Si ya la oigo
-Vamos a ver que ocurre- insistía Carlos
Después salieron hasta la puerta y se quedaron paralizados ante la entrada, ellos fijaron su lugar para ver en unos huecos a la entrada y lo que vieron fue impactante:
Vieron una procesión de personas con traje de franciscanos que, con unas manos de calavera llevaban unas velas de color verde, cuatro iban por delante y detrás un carro con una imagen de un ser malévolo, de cuerno, color rojo, con cola y que llevaba en una de sus manos un trinche puntiagudo, esta imagen alucinante se iba quemando. Por detrás otros dos seres de traje franciscano, pero esta vez, el uno llevaba una flauta con la que tocaba aquella espeluznante melodía y, junto a el, otro ser tocando aquella "caja ronca" que acompañaba la melodía.
Carlos y Manuel abrieron la puerta y ya no vieron nada, la procesión había desaparecido, no se escondieron ni se fueron a otra calle, simplemente desaparecieron, fue entonces cuando se dieron cuenta que eran las 12:00, ellos no se habían dado cuenta de que se habían pasado de las 11:00 así que, rápidamente, se fueron al campo a regar los cultivos del padre de Carlos, entonces sin entretenerse ni conversar sobre la Caja Ronca se pusieron a trabajar, fue entonces cuando empezó a volver a oír esa melodía "Bum, tru lulu, Bum tru lulu" fue cuando se congelaron al ver esa procesión marchar hacia ellos, Carlos y Manuel no pudieron moverse, empezaron a rezar y a unos metros de los muertos se desmayaron.
Despertaron como a las 3:00 y vieron que la procesión ya no estaba, después supieron que cada uno tenía en la mano derecha una de las velas verdes de los muertos de la procesión, pero, se dieron cuenta de que en realidad eran huesos quemándose, de la sorpresa ellos los lanzaron y se fueron corriendo. Al amanecer encontraron a Carlos y a Manuel en la casa de Carlos echando espuma por la boca, solo pudieron despertarlos con Agua Bendita.
Moraleja.- La gente que se descuida y no es puntual, puede llegar a tener consecuencias muy graves.
Continuación,- Se dice que en Ibarra por llegar después de las 10:30 muchos ya han quedado con la sensación de oír o ver a La Caja Ronca

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