6.-El Jinete Sin Cabeza - Riobamba

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La historia que voy a narrarte es sobre un ser extraño que, cuando el reloj da las doce campanadas, recorre calles y caminos, sembrando el pánico entre los desdichados que tienen la mala suerte de verlo.
Dicen que este siniestro personaje viste una larga capa y que suele detenerse en las piletas de los parques, para que su caballo se refresque. El jinete descabezado no ataca ni persigue a nadie, pero no hay quien se atreva a confrontarlo para descubrir su identidad, porque solo su presencia hiela la sangre y esque todos temen poder llegar a ser víctimas de su posible furia demonial.
Pero la historia no queda ahí... cuentan que, una noche de 1815, cuando se acercaba al plenilunio, hora en la que las almas en pena se dejan ver y oír arrastrando cadenas, se escuchó un fuerte galope seguido de un relincho que retumbó en la tranquila capital de la provincia de Chimborazo. Varios testigos se quedaron mudos del susto, ciertas señoras se desmayaron y algunos niños comenzaron a botar espuma por la boca, mala señal, pues esto da la alerta de que una presencia de otro mundo acecha. Y así ocurrió varias veces más.
Pasó el tiempo, hasta que algunos muchachos del lugar decidieron vencer el miedo y descubrir el enigma. Se escondieron en una esquina cercana al parque para esperar el arribo del jinete sin cabeza y, cuando éste se bajó de su caballo, se le lanzaron encima y descubrieron algo que ni siquiera te imaginas... El jinete no estaba descabezado y no era cualquier señor: era el cura de un pueblo vecino que, ingeniosamente, había hecho agujeros en la capa que lo cubría, para ver por allí y simular que no tenía nada sobre los hombros.
¡Es que al tal curita le encantaba la farra y era muy galante!, así que se escapaba del convento para vivir sus aventuras, seguro de que nadie se atrevería a desafiarlo. Cuando se vio descubierto subió rápidamente a su caballo y emprendió la fuga, pero los muchachos lo perseguían de cerca; hasta que, al pasar por una quebrada, el caballo se desbocó y el cura salió volando por los aires.
El famoso jinete no contó ni un día más de vida. Los muchachos, espantados ante la pavorosa escena, decidieron huir y que guardar para siempre el secreto.
Nunca mas se supo del cura... Y, durante algún tiempo, el jinete descabezado no volvió a ser visto por Riobamba; pero, para tu sorpresa, años después el jinete se volvió a dejar ver y hasta ahora lo hace y, al mismo tiempo en todo Chimborazo.
Moraleja: Farras sin permiso, dejan susto en los demás, daña alma y deja recuerdo de ser fantasmal.
Pd: Quedaras confundido con el siguiente capítulo pero luego lo entenderás "Próximo relato El Uñagüille"

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