y tú a mi

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CAPÍTULO 27

<< ¡Pues ódiame todo lo que quieras, vamos ódiame porque yo también te odio a ti! >>

El chico de cabello rizado estaba encerrado en el baño llorando, sí otra vez. Porque cómo ya se sabe era la única forma de desahogar su tristeza, su ira, su frustración. Las gotitas de agua salada que se deslizaban de sus ojos color esmeralda, bailaban por su mejillas  como en un vals triste de esos que te dejan un hueco en el alma y un soplido en el corazón. Ellas se mueven y bajan hasta tu cuello si nos las detienen, formando un collar que ahorca, pero a la vez libera. ¿Existe otras maneras de sacar el dolor en cualquiera de sus presentaciones? El dolor es el mayor interprete que existe, pues se disfraza de diversas formas y colores. A veces tiene forma de humanos, otras disfraza a las personas en canciones, melodías que pasean en nuestra mente y exploran  en lo más recóndito, llegando a cada rincón y justamente ahí viene su tercera forma: Pensamientos.

Sí, aquellos pensamientos que son como navajas filosas, cortan, pero ¿Qué es aquello que pueden rebanar? Pues cortan tú sonrisa, tus días, tu estabilidad emocional y en el peor de los casos tu sueño y ahí viene su fiel compañero el insomnio, ese que cuando se junta con los pensamientos es letal. Te abraza sin tu permiso y se recuesta a tu lado sin el más mínimo reparo o respeto, acaricia tus ojos y y te susurra al oído todas las razones del por qué no debes dormir. Te mantiene despierto hora tras hora pensando en cómo son las cosas, en por qué no pueden cambiar y  en todas esos putos acontecimientos que solo te suceden a ti. Cierras los ojos quieres dormir pero ahí esta. El insomnio es terco e imprudente no te dejará así se lo ruegues y es el único enemigo que con el tiempo se vuelve compañero de tus noches frías y te acostumbras a tener un mal que conversa contigo cada madrugada por que se vuelve parte de ti.

Ahora volviendo a la primera pregunta, sí, existe muchas maneras de dejar ir el dolor o en otros casos ocultarlo, algunas personas fuman, otras se drogan, se lastiman, dejan de comer o buscan refugio en personas equivocadas. Todos nos aferramos a algo que nos de una pisca de felicidad aunque sabemos que es efímera. Por eso, digan lo que quieran, pero el llorar siempre será la forma más sana de dejar que el dolor se desborde, es algo natural. Llora pequeño, llora todo lo quieras, haz  una piscina con tus lágrimas  y nada en ella, pero prométete a  ti una cosa. Que al día siguiente saldrás de ese pozo de agua y estarás bien, por ti, porque eres fuerte, ya hemos pasado por esto, aunque no te des cuenta y tú puedes. Solo tú puedes, por que sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional y el dolor no te controla, tu eres capas de domarlo. Eres valiente, otros no aguantarían lo que tú si.

 Cuando Harry al fin se calmó, logró secar sus lágrimas miró su celular y se dio cuenta que eran las 2:30 am☆  -¿Tanto tiempo ha pasado?-  pensó, se limpió los ojos rápidamente, pero decidió salir del baño de manera sigilosa, ya que Louis, de seguro estaría durmiendo en su cama. Pero grande fue su sorpresa al ver que su chico no estaba ahí. Su corazón se aceleró de forma fea y decidió bajar a la sala esperando que esté ahí, pero no lo halló. Entonces se dio cuenta que otra vez se había ido. Nuevamente  había preferido irse a otro lugar en vez de quedarse con él. Solo soltó un suspiro de resignación, cerró los ojos durante varios segundo y tuvo un pensamiento.

-Él siempre se va porque sabe que de una forma u otra al regresar yo estaré aquí.-

Entonces tomó una decisión por impulso, por ira, sin saber que justo aquello sería lo que complicaría las cosas nuevamente. Agarró su mochila y rápidamente comenzó a guardar cosas ahí, se puso una chaqueta encima de su hoddie, buscó entre las cosas de su escritorio un chip de él, el cual era del antiguo número que el rizado tenía y lo colocó e su celular. Una vez hecho decidió  escribir a un número el cual había pensado que no volvería  contactar. 2:45 am

Travesuras y pecados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora