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Taehyun no se puede negar a nada de lo que Beom le proponga, puesto que, él confía plenamente en su pareja, y no tiene duda de que Choi lo cuidará pase lo que pase, hagan lo que hagan. Así que, para su sorpresa de pocos, la oferta indecorosa antes dicha por el de mechas rubias fue consentida por el tierno chico de apariencia casta.

La gran pantalla de plasma que se situaba al frente del cómodo sofá estaba encendida, y conectada con la laptop del mayor. Lo que causó cierta impaciencia en Kang. Porque él no era tonto, esos dos años de pareja con Beomgyu le han enseñado muchas cosas del chico, lo que significa que sabe perfectamente el significado de cada actitud de Choi.

 A su alrededor se sentía la pesadez de sus acciones, además de, -sin poder evitarlo- una pequeña erección yacía en medio de sus suaves pantalones de algodón.

Choi Beomgyu irradiaba dominancia, esa era la razón de todo.

Mientras tanto, Beom se paseaba por la sala, tal como un tigre acechando a su presa, a la par que despojaba su camiseta en el procesa. Al captar los ojos de Tae en su silueta le giñó un ojo con coquetería, además de una sonrisa ladeada como bonus.

Las piernas de Taehyun comenzaron a temblar de anticipación.

— Cielo —el llamado dócil de Beom -aparte de su voz ronca- estimuló a sus sentidos de una forma impecable, induciendo que su piel se erizara sin su consentimiento. Asintió en respuesta— antes de seguir, quiero saber si estás de acuerdo. Supongo que te has dado cuenta por qué camino va la situación, y puedo entender perfectamente si no estás cómodo o si no te sientes con ánimos de hacerlo. Eres mi novio, y tu bienestar, junto a tu comodidad es primordial para mi.

Las palabras de Beom eran como caricias para sus oídos, una eufonía placentera que te llevaba a delirar en una nube de algodón. Y siendo sincera, a Taehyun le excitaba a niveles catastróficos. Por lo que no contuvo el obsceno gimoteo emanado de sus belfos rosas.

—Sólo hazlo, por favor. Quiero jugar con-contigo, quiero jugar con p-papi —tartamudea, nervioso.

Beom no tenía ni idea de dónde Taehyun sacó el motín, sin embargo, mentiría si dijera que no va consigo. Porque probablemente sea su placer culposo.

La única respuesta es que, Taehyun se encargó de investigar la mejor manera para motivar a Beomgyu. Y que mejor manera que alimentar su fetiche de poder y sumisión.

Beom exhaló, demasiado encandilado de excitación. Taehyun era su perdición.

Sin una duda en su sistema, el chico se posicionó tras su novio. Dejando el espacio necesario para que Taehyun tuviera lugar entre sus piernas. Con los orbes dilatados, dando la imagen de un lobo hambriento, sonrió ladino.

Taehyun se estremeció.

El sonido sugerente de las palmadas que Beom impartía a sus muslos, le hizo tragar con dificultad— En mi regazo, Taehyun —ordenó. Su voz grave y ronca, activó el adictivo cosquilleo en la zona de su nuca. Ese que le ha provocado, más de una vez, arquearse.

Como si de un premio se tratase, el rubio acató sin pensar la demanda impartida por su amante. Posando su cuerpo sobre el de Beom, suave y duro a la vez. Cómodo, y sobretodo caliente.

Sin perder oportunidad, los nudillos de Beomgyu se dieron un recorrido por los jugosos y tiernos muslos de Taehyun, disfrutando el calor emanado de ellos. Mientras que su mano desocupada activaba la reproducción del vídeo en la gran pantalla de la sala.

Taehyun con el pasar de los minutos le llamó la atención el aspecto colorido de las chicas que aparecían frecuentemente. Llegó a pensar que son muy tiernas.

➹Ahegao Boy➷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora