Primer Encuentro

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Ya se había instalado desde hacía dos semanas, hoy era el día en que llegaba su compañero de piso, y para que negarlo estaba feliz, ¿Cómo sería esa persona? ¿Sería agradable? ¿Sería apuesto? o por el contrario ¿Sería prepotente? bueno le daba igual, le agradecía querer compartir un piso como aquel, por eso, iría a comprar comida para hacer una gran cena por su llegada, ¿Tenía que ser agradable no?
La chica lavó los platos del desayuno y la cena del día anterior y se fue a vestir, ya arreglada cogió sus llaves y salió, estaba feliz, con sueldo de camarera le daba para alquiler y unos pocos de caprichos, había encontrado trabajo hacía una semana, aunque su amiga Ino no estaba contenta del todo con su mudanza, se rió al recordar como la Yamanaka había llorado para volver a sonrieirle y luego una mezcla de las dos, su amiga no cambiaba.
En cambio un rubio acababa de llegar en un camión de la mudanza, rápidamente se bajó del la furgoneta y fue hacia su departamento, llamó al timbre sabía que su compañero de piso llevaba una semana viviendo en su apartamento, seguro esperaba su llegada para ayudarlo y recibirlo, esperó como cinco minutos y llamó al timbre con más insistencia, una vena empezaba a marcarse en su frente, el desgraciado se había ido y sus llaves estaban dentro, buen comienzo pensó.
Pasaron una hora y media esperando y aún no llegaba, su mente no dejaba de pensar en como enfrentar al individuo que vivía con él, si hablarlo formalmente o gritarle por por lo menos no dejar la puerta abierta para que él pudiera entrar, escuchó unos pasos apresurados y miró de donde venían, era una mujer que caminaba tranquila con dos o tres bolsas en las manos, era blanca de piel, con unos ojos color plata con reflejos lavanda y con una sonrisa en la cara, la muchacha pasó por su lado y abrió la puerta de su apartamento, el chico se levantó sorprendido y mirándola le dijo:
-.¿Tú vives aqui?-. Dijo el rubio rascándose la nuca, ese estúpido del inmobilario le había mentido, nunca le dijo que su compañero en realidad era una mujer.
-.Si-. Dijo Hinata sonriendo nerviosa, ¿Este quién es? pensó.
-. Soy tu compañero de piso, me llamo Naruto Uzumaki y llevo esperando casi dos horas para poder entrar, ya que no estabas-. Dijo mirándola medio serio, la chica se sonrojó había olvidado que aún el chico no tenía llaves.
-.Lo siento, no me acordé-. Inclinó la cabeza en señal de disculpa, el chico se sintió nervioso, había sido muy directo intentó decir algo pero se le adelantó ella al apartarse de la puerta y decirle en un susurro que pasara él primero y que descansara un rato, que ella iba a coger sus cosas.
El chico pasó a la casa y se sentó en el sillón mientras la chica iba dejando las cosas en la alacena de la cocina.
-. Fuí a comprar la comida, lo siento-. Ella miró hacia el suelo, el chico empezó a reirse ganándose una mirada curiosa del chico.
-. No te preocupes, son cosas que pasan-. La chica suspiró, era un buen chico-. ¿Cómo te llamas?-. preguntó el chico sonriéndole-.
-.Soy Hinata Hyuga, encantada-. Dijo con una reverencia, es muy educada pensó Naruto.
-. Igualmente Hinata-chan, Y dime, ¿Por qué te mudastes?-. La chica se quedó callada, todavía no podía contarle sus motivos.
-.Verá, Uzumaki-san son por motivos personales, no creo que aun haya tal confianza como para revelarselos.- Naruto la miró, ella tenía razón, se conocían de varios minutos nada más, pero él sin embargo prefirió contarle los suyos.
-.Yo he venido a Tokio para poder cumplir mis sueños, y por fin lo voy a poder cumplir-. Dijo alzando el puño y sonriéndola divertido, ella también le sonrió de vuelta.
-.Espero que pueda cumplirlos Uzumaki-san-. Dijo la chica con sinceridad, a ella también le gustaría que se cumplieran los suyos.
-.No me llames Uzumaki-san, me hace sentir viejo, sólo tengo 23-. La chica abrió los ojos, parecía de su edad.-. Llamamé Naruto-. La chica asintió.
-.Vale, Naruto-kun-. Se sonrieron-. Naruto-kun, ¿Usted de qué trabaja?-. preguntó la chica con curiosidad.
-.Bueno, todavia no trabajo, empezaré dentro de dos semanas, hasta entonces no puedo decirlo, ¿Y tú?-.
-.Trabajo de camamera, para poder pagarme la universidad-. Y es que Hinata quería ahorrar para poder pagar la matrícula de la universidad además de la renta del apartamento.
El chico dió por sentado que ella era una estudiante de universidad-. ¿Y que curso estás haciendo?-.
-.Estoy en el último año-. Dijo Hinata, y ahí se acabo la conversación, tampoco era tan pequeña como pensaba Naruto, le daba miedo estar compartiendo piso con una chica que iba todavía a la preparatoria como aparentaba esta, sin embargo sintió alivio cuando vio que en realidad iba a terminar sus estudios, el los había terminado hace un año.
Después de comer los dos se dispusieron a recoger los muebles y cosas del chico que seguían en el camión, después de tantas horas de trabajos y esfuerzos cada uno se duchó, cenaron y se fueron a dormir, total, para Hinata empezaba su último año de preparatoria, para Naruto el principio de su anhelado sueño

Tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora