• igual de atenta •

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Después de esa tarde agotadora llena de preguntas de sus amigos quienes milagrosamente habían vuelto a aparecer, kion, se quedó solo con fuli quien ahora se encontraba observándolo en silencio, no tenía ni idea de que la noticia de su 'golpe de calor' llegaría tan rápido a todos y cada uno de los miembros de su familia. Su madre se había ido no hace mucho, junto a su hermana y padre. Se había desmayado después de ello, paso el resto de la tarde inconsciente en aquella sala.

Sus ojos se posaron en fuli.

- gracias por la atención que me brindaste - agradeció mientras miraba con una ligera sonrisa a la joven.

- es mi deber, como M'juzi, debo atender y resguardar a los heridos y afectados por causas del clima, tu no eres la excepción - contesto, la chica se levantó de su asiento, se acercó a su amigo, quito el trapo que cubría su frente. - sigues teniendo algo de fiebre - dijo, en su boca se formó una mueca, se agachó a remojar nuevamente el trapo en un pequeño valde com agua no muy lejos de ellos.

- genial...- carraspeo mientras suspiraba molesto, estaba seguro de que no podría cumplir sus actividades al día siguiente. Le habían ordenado quedarse en aquel árbol, la choza era acogedora tal y como recordaba, pero odiaba estar allí por el hecho de estar enfermo.

La joven se acercó al chico, acomodo algunos mechones de cabello antes de acomodar aquel trapo humedo en la frente del mayor, el trapo estaba frío, haciéndolo temblar un poco. Acercó un poco su pequeña silla antes de recostar su cabeza en una de las esquinas de la cama.

- igual de atenta conmigo - bromeó, tomando uno de los mechones dorados de la joven y lo acarició.

- es mi deber - replicó mientras alzaba su mano haciendo una señal con uno de sus dedos.

...

- muy bien kion ¿Como te sientes? - pregunto Kiara a su hermano, había venido a visitarlo al día siguiente, aunque ellos no hablarán mucho por que estaban ocupados con distintas cosas, se preocupaban por el otro.

- estoy bastante bien - respondió con una sonrisa - pero, ¿por que tengo que quedarme un día sin hacer nada? Estoy bien. - cuestionó, Kiara solo negó con la cabeza ante el comportamiento de su hermano, tenía entendido que debido a la falta de la guardia el día de ayer, tenían más deberes que cumplir.

- papá se encargará de eso. - respondió.

El chirrido de la puerta llamo su atención, ambos miraron atentos a aquella dirección, de detrás de la puerta salió fuli, traía un pequeño cuenco en sus manos.

- hola, vengo a ver cómo sigue - su mirada se fijó en kion.

- ¡Oh! El, por lo que me ha dicho está bien - respondió Kiara como una gran sonrisa, ella tenía tiempo sin ver a fuli, era mucho menor que ella y que su hermano, juventud emanaba de cada uno de sus rizos.

- bueno, alguien quería verte - abrió un poco más la puerta, dejando ver al pequeño, tenía un peluche en sus brazos, miraba con curiosidad al pelirrojo quién solo sonrió al ver al pequeño. Este corrió rápidamente hacia kion quien solo acarició la cabeza del pequeño haciéndolo sonreír.

- quien lo diría, al parecer, kion, ya es padre - dijo la joven acercándose a fuli, la rubia sonrió al escuchar los dicho por Kiara, ambas miraban con ternura la escena, después de todo al parecer el pequeño se había encariñado com kion después de pasar la mañana del día de ayer con el, mostrando preocupación por el al verlo enfermo.

Ambas dejaron a el chico solo en la habitación, al salir se encontraron con los demás miembros de la guardia, quieres esperaban pacientes alguna respuesta.

<● Almas Gemelas ●> [ Kiuli ] TLGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora