Cαριтυlσ Cυαяєитα&Sєιs

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Me quedo sin saber que responderle después de eso. Mi cabeza da vueltas. Estoy hecha un lío. ¿debería entenderle? ¿tendrá el razón en lo que dice? Suspiro profundamente. El silencio es muy incomodo y entonces él sin dejar de mirarme da otra calada. Esta vez me llega el humo y me hace toser con fuerza. Eso me cabrea. Se ha pasado todo el día sin fumar y parece que ahora lo hace con urgencia y ganas.

- Será mejor que me vaya a casa- digo al final.

Calum no dice nada, solo me mira. Me doy media vuelta sintiendo el alma en los pies y con las ganas de mirar atrás sigo mi camino. Al final, al doblar la esquina miro de reojo hacia donde estaba parada antes. Calum esta tirando la colilla al suelo y la pisa, se sube en su moto y se mezcla entre los otros coches a gran velocidad. Al menos, espero que llegue bien a casa.

Suena mi despertador. No tengo realmente ganas de nada. Me siento deprimida. Confusa. ¿Qué paso anoche? ¿lo hemos dejado, tan pronto? Ni siquiera llevábamos un mes. ¿o seguimos juntos? ¿nos hemos dado un tiempo? ¿lo he dejado yo o él a mi? Simplemente… ¿en que demonios quedamos anoche?.

Me visto rápidamente y junto a mis abuelos salgo de casa para ver a mi padre, mi madre ya esta allí, pues se queda a dormir. Mi abuela me hace preguntas, pues me nota mal, pero yo no digo nada. Tampoco tengo nada que decir. No se que decir. Además que esta mi abuelo y no dudaría en poner a parir a Calum.

En cuanto llegamos, mi padre nos saluda con una sonrisa. Contento de vernos. Le abrazo y él intenta saludarnos pero la voz casi no le sale. Ya sabe que no tiene movilidad en un brazo y aunque se puso muy mal, creo que por nosotros se ha tranquilizado y ha disimulado bastante bien que intenta no hacer que le afecta, se convence a si mismo con que “son cosas que pasan” y que “esto pasará”, las únicas dos frases que ha sido capaz de decir en los últimos días.

Todavía queda bastante pérdida de sangre en su cerebro, y no pueden hacerle placas así, pues no se notaría nada, yo espero y rezo porque no tengan que operarle, pues hay un riesgo muy grande en eso. Y no quiero ni pensar en algo así. Ni siquiera decirlo en voz alta. Pero el miedo esta hay. 

Los días comienzan a pasar. Los médicos dicen que mi padre esta mejor, que es muy posible que para la semana que viene sepan si habrá que operarle o no hará falta. Mi madre se ha informado y preguntado si hace falta pagar ese tipo de operación. Pero los médicos le han dicho que de eso se encarga la Seguridad Social, que no se preocupe por el dinero. Ha sido un gran alivio, pues nosotros no tenemos ni un duro y aunque últimamente mi madre no se ha quejado, pues los gastos en casa son mínimos aparte de la ayuda que están ofreciendo mis abuelos, sé que esos problemas económicos siguen hay, solo que han pasado a un segundo plano.

Mañana vuelvo a clases, ya han pasado las vacaciones de Semana Santa. Y tengo muchas ganas de ir, de ver a mis niñas y reconciliarme con ellas. Pues las echo mucho de menos. Cada día que lo pienso me doy cuenta que lo nuestro fue una pelea tonta y sin sentido, ¿de verdad nos enfadamos porque yo no quería ir al pueblo? Es lo más estúpido e inmaduro por lo que hemos peleado. Y estoy segura que ellas piensan igual. Así que cuanto entre por la puerta del instituto, me lanzo a los brazos de ellas.

Me tiro en la cama cansada, ahora soy yo quien se encarga de hacer la comida en casa para mi madre, aunque normalmente mi abuela esta aquí metida pendiente de si me alimento y mi abuelo viendo los partidos de fútbol. Mi abuela ya se ha dado cuenta que estoy mal por Calum y que nos hemos peleado. Pues en toda la semana no le he visto. Ni siquiera una llamada. Un mensaje. Nada. Él parece haberse olvidado de mi. Pero yo tengo las cosas claras. No pienso ir detrás de él. Me tengo que centrar en lo importante ahora: mis estudios y mi padre. Nada de Calum Hood.

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Y Así El Tiburón Se Enamoro Del Pececito (Calum Hood Y Tu) -Adaptada-(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora