Y Así El Tiburón Se Enamoro Del Pececito (Calum Hood Y Tu) -Adaptada-(Pausada)

Cαριтυlσ Vєιитє&Sєιѕ

Mi corazón late a mil por hora, todo esto es increíble. Y es ahora cuando me doy verdaderamente cuenta de lo loca que estoy por Calum. Arranca la moto y da un acelerón llamando la atención de muchos, que ya saben que es él, pues aunque en un principio todos se sorprendieron se acostumbraron rápida al ‘Calum con moto’. Unos quince minutos después, aparcamos frente a un Burger King.

- Bienvenida al gran restaurante- me dice sonriendo, yo suelto una carcajada, pues él me había dicho que me llevaría a un buen restaurante
- Vaya, nunca había venido ¿sabes?- le digo irónica
- ¿Ah no? Pues te va a gustar, es de lujo, lo mejorcito de la cuidad- dice siguiéndome la corriente y entramos riendo, enseguida nos pusimos en la cola, que a esta hora es algo más larga de lo habitual, pero no hay prisa
- Pues es un placer que me traigas- le sonrío y el me corresponde, enreda su mano en mi pelo y me acerca a él para besarme
- Mama, mira esos niños se besan- dice un niño pequeño, yo me separo de Calum avergonzada y él sonríe con timidez
- Es normal en novios, mi amor- le responde la madre, él niño parece pensativo mientras la madre nos dedica una mirada de disculpa
- Entonces, ¿ella es tu novia?- le pregunta a Calum haciendo una mueca de sorpresa, Calum sonríe y para mi sorpresa se pone a la altura de él para hablarle con suavidad.
- Si. ¿A que es guapa?- le pregunta divertido a lo que yo me sonrojo más, el niño me mira y se lo piensa un momento
- De mayor quiero una novia como la tuya- parece haber decidido- esta muy buena- agrega mirándome

Calum le mira sorprendido por eso último, mientras yo río con nerviosismo sin saber que decir y su madre sorprendida le reprime, la gente que esta más cerca de nosotros y parece haber oído la contestación del niño de no más de seis años, también ríen.

- Si, yo también lo creo- le susurra Calum como si fuese un secreto, yo le doy con la punta del pie para que pare y él ríe- me pega porque le da vergüenza, sabe que es cierto- le dice al niño
- Venga Miguelito, ¿Qué quieres tomar?- habla su madre al niño, pues ya es su turno y detrás nosotros.

Y para mi gran suerte hay termina la conversación. Me hubiera gustado participar, pero, ¿diciendo qué? ¿gracias a un niño de seis años por decir que estoy buena? Unos minutos después, Miguelito, como recuerdo se llama el niño, termina decidiéndose por lo que quiere, luego por fin es nuestro turno y en menos de cinco minutos estamos sentados en una mesa para dos, yo intento no devorar la hamburguesa como una cerda, mientras Calum directamente lo hace.

- Eres un mentiroso- le digo en broma cuando ya vamos por las patatas fritas.
- ¿Yo? ¿Por qué?
- Le has dicho a ese niño que soy tu novia. Y no es así.
- ¿Ah no?- dice él con una ceja levantada y una sonrisa pícara
- No recuerdo haber tenido esa conversación contigo- digo sonriendo
- Después de tantos besuqueos, yo pensé que lo tenías claro
- ¿Y que es lo que tengo que tener claro?- sigo hurgando
- Que me gustas. Y mucho. Demasiado. 

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