Capítulo Sesenta&Nueve

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Me separo de él haciendo un gran esfuerzo, sus besos, sus labios son tan jodidamente adictivos. Él se resiste a separase de mi, vuelve a besarme, yo aparto la cara y él besa mi cuello, lo empujo bruscamente para hacerle saber que ya acabo.


- Vete Calum.

- ¿Por qué? ¿acaso no te gusta?- se acerca a mi y me toma por la cintura, me habla tan cerca que agacho la cabeza pero siento su aliento en mi nuca- dime, ¿no te gustan mis besos?- siento como me acaricia la cintura y me da pequeños besos en el ovulo del oído .

- Calum, por favor, para- digo separándome de él- Quiero que te vayas.

- ¿De verdad quieres que esto acabe? 

- Si, ya acabo. No quiero nada contigo- digo segura.

- Esta bien, pero dime una cosa- dice volviendo a acercarse a mi- ¿no me quieres?- yo le miro sorprendida sin haberme esperado esa pregunta- dime que no sientes nada por mi y te juro que no me vuelves a ver el pelo.


Me quedo callada. No puedo decirlo. No al menos mirándole a los ojos. Como me gustaría decirle que no, que es el mayor gilipollas que he conocido y que no le quiero en mi vida. Pero no me salen las palabras. Él sonríe de lado y vuelve a envolverme con sus brazos por la cintura, me besa el cuello, y yo intento no gemir pero me resulta casi imposible. Me dejo llevar y busco su boca, le beso, él sonríe entre medias, disfrutando de cómo la gran idiota cae ante él. Me odio, pero no puedo parar.


Lo envuelvo con mis brazos por el cuello y él me levanta haciendo que yo rodee mis piernas en su cintura, me acaricia los muslos y comienza a caminar hacia mi habitación. Quiero parar. Debo parar. ¿o no? ¿Por qué? Solo esta última vez. Me separo un poco de él para tomar aire y él enseguida me succiona el cuello con tanta pasión que sé que me dejará un enorme chupetón. Yo suelto un pequeño gemido, te quiero me susurra. Siento un montón de cosquillas en mi interior al escucharlo.


Pero entonces suena el maldito móvil rompiendo el momento.


Calum me toma las manos poniéndolas por encima de mi cabeza, para que no lo coja, pero le empujo un poco para apartarlo, le da igual, él sigue besándome despacio, suave, tierno, ¡me va a volver loca!.


- Calum... puede ser mi madre- le digo separándome de él, me estiro hasta alcanzarlo- ¿Diga?

- Hola ______ - me canturrea una voz del otro lado de la línea. - ya veo cuanto te importo, eh.

- ¿Rubén?- me muerdo el labio inferior y noto como el rostro de Calum se endurece.

- Oh, que recuerdas mi nombre- dice sarcástico.

- Dani yo... 

- Solo te haré una pregunta- dice interrumpiéndome- ¿no te importo absolutamente nada?

- ¿Por qué dices eso?

- Oh, pues no se, déjame que piense... ¡porque me lleve una puta paliza por ti y tu ni siquiera me has llamado para ver como estoy!- me grita lo suficientemente alto que Calum lo escucho y aprieta la mandíbula.

- Rubén...

- ¡No! Estoy harto, yo soy bueno contigo, maldita sea, pero tú... parece que ahora te van los malotes, los que lastiman a las chicas como ese gilipollas que tanto te gusta. Siempre he estado cuando me necesitas, pero tú nunca estas para mi. 

- Lo siento- susurro, porque sé que tiene razón.

- Estoy cansado de siempre escuchar lo mismo. Joder, princesa- lo escucho hacer pausa resoplando- me enfrente a él por ti, todo lo hago por ti. Y tu ni una llamada eres capaz de darme para saber como estoy. ¿Sabes? Me hubiera gustado que en lugar de quedarte hablando con él, te hubieras venido conmigo, porque yo te necesitaba, ¿sabes lo que me costo llegar a casa? Me sentía mal, estaba adolorido... pero a ti no te importo.

- Si que me importo- le miento, porque realmente ni siquiera había pensando en él

- No. Yo soy tu segundo plato... eso no es justo- lo escucho sollozar del otro lado de la línea y se me salen algunas lagrimas ¿tan mala he sido?

- Perdóname, por favor- Calum se levanta de la cama echo una furia, pero yo continuo hablando- ¿Qué te parece si nos vemos, eh? ¿Quedamos en media hora?- Calum me mira incrédulo.

- No me interesa que quedes conmigo por lastima- dice de manera amarga.

- Quiero verte y que hablemos en persona. - digo segura a pesar de que Calum parece apunto de lanzarse a mi yugular. 

- Esta bien, ¿paso por ti?

- Si, aquí te espero- dicho eso los dos colgamos.

Yo me levanto de la cama y salgo al salón, con Calum detrás, abro la puerta y le invito a salir. Él me mira confuso y sorprendido. En lugar de salir me toma de la mano me acerca a él.

- ¿Estas segura de lo que haces?

- Rubén es mi amigo, y yo no he sido buena con él. No dejaré de verle porque a ti no te caiga bien- digo separándome de él.

- ¿Y lo que acaba de pasar qué? 

- Nada. Con eso nada. ¿Sabes? Me alegro de que Rubén nos haya interrumpido, porque así me ahorro el tener que arrepentirme luego de haber tenido sexo contigo.

- ¿Sexo? Tu y yo nunca hemos tenido sexo- me susurra cerca de los labios.

- ¿Ah no? ¿Entonces que ha sido?- cuando el esta apunto de responder levanto la mano para que no hable- no me interesa. - me agacho y cojo las flores del suelo- no me vas a comprar con unas flores, Calum. - y se las tiro al pecho.

- ¿De que vas? Pensé que...

- No, Calum, lo de hace un momento fue un error- digo con todo el dolor de mi alma- por favor, márchate.


El mira el ramo de flores, las deja sobre la mesa, pasa por mi lado sin mirarme y antes de que me de tiempo a cerrar la puerta él me mira, con cierta tristeza que intenta disimular y con decepción. Yo cierro la puerta, no puedo simplemente quedarme mirándole o viéndole marchar, porque sé que no aguantaría y me echaría a su brazos.

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Y Así El Tiburón Se Enamoro Del Pececito (Calum Hood Y Tu) -Adaptada-(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora