Capítulo 4

5.6K 373 96
                                    


Katerine y Lucia llegaron lo más pronto que pudieron, listas para mostrar a su amo algo de educación sexual antes de su encuentro con Darius. Ya habían pasado varios días desde que se les dio la orden, pero fueron demasiado penosas para explicárselo al pequeño, y tampoco podían revelarle absolutamente todo sobre educación sexual, pues era algo que los Alfas disfrutaban hacer y por ese simple hecho no pudieron manejar el asunto que Darius les encargo.

No sabían si quería que el Omega supiera todo o solo un poco, pero de cualquier forma el pequeño resultaría aterrado.

— Joven Omega, en unas horas usted deberá servirle en la cama a su amo. Y no para dormir a su lado, ni arroparlo. Sino para ayudarlo a desahogarse. — Intento explicar Katerine mientras lavaba el brazo del pequeño.

— ¿Cómo?

— Verá, cuando esté con su amo, en la cama, él quitara todas las prendas que lleva y tocará algunas partes de su cuerpo.

— ¿Me va a bañar?

— No, no será lo mismo que nosotros hacemos con usted a la hora del baño.

— Pero ustedes también quitan mis prendas y tocan mi cuerpo.

— No este nervioso joven Omega. — Hablo Lucía. — Ya lo sabrá cuando llegue el momento. Pero sin duda no será como lo hacemos nosotras con usted. Su amo tocará ciertos lugares de su cuerpo con otra intensión y le dará muestras de afecto que, seguramente, serán placenteras. — o eso esperamos...

— A-Al inicio, le resultará muy difícil y doloroso, pero debe soportar joven Omega, debe ser fuerte. Estará en la cama con un Alfa Dominante, no debe ponerse triste ni temerle. Debe recordar que es todo un honor para usted servirle a su amo de esa manera, y agradecer que lo haya escogido a usted para servirle.

El pequeño asintió, con los ojos brillosos. Soy al Omega que él escogió, debo agradecerle.

— El Alfa le impondrá algunas reglas. — Hablo fuerte y sería Lucía. — Probablemente usted sangrara, pero es completamente normal, más tratándose de un Alfa Dominante. Le dolerá y quizás el dolor le será insoportable, pero debe aguantarlo, ¿Entiende?

— Pero... ¿Por qué sería doloroso?, ¿Me va a golpear?

Katerine y Lucía se miraron a los ojos.

— No lo sabemos. No conocemos lo suficiente a su amo. Pero si llega a golpearle, no tema y obedesca a su amo.

El baño termino, y ambas chicas siguieron diciéndole lo mismo una y otra vez, hasta que el pequeño lo memorizo. Eleane preparaba la habitación donde Darius y Liam estarían esa tarde.

Las horas pasaron rápido y pronto Michel llegó a la habitación del Omega, para llevarlo a una oscura y extraña habitación. Una habitación grande y fresca, con pocos muebles oscuros, grandes y de madera.

Dentro se encontraba Darius, tomando algo de alcohol, sentado en un gran sofá color vino, con la mirada perdida en el vaso que sostenía frente a él. Tres bolas de hielo se movían poco a poco a causa del alcohol, y Darius simplemente las veía, con la mente en blanco.

Su celo estaba en todo su esplendor en aquel momento, pues le había llegado esta misma mañana, y al haberse resistido por tanto tiempo, sin tomar medicamento o inhibidores, no podía más que tener el instinto de una bestia.

— Mi señor. — Hablo Michel. — Le he traído al Omega.

Apenas apareció el pequeño frente a él dejo de mirar el vaso y lentamente subió sus poderosos y temibles ojos dorados hasta llegar a los claros y preciosos ojos de aquel inocente ser.

La Debilidad Del Duque (+18 gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora