Capítulo 10

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Por la mañana, uno de los guardias entró a la habitación, Mo Yan estaba recostado en su cama y al escuchar el ruido de la puerta se enderezo para dar un vistazo, el guardia solo había dejado un plato de arroz y un poco de agua en una mesa, antes de volver a cerrar nuevamente la puerta.

"Vaya, al menos recuerdan que tengo que comer algo".

Mo Xuan Yu volvió a recostarse, mirando el techo de habitación, recordando todas aquellas fantasiosas historias de princesas cautivas, las cuales eran rescatadas por guapos y talentosos cultivadores, a lo que luego una pequeña risa escapó, pensando que si esperaba lo suficiente tal vez Lan Xi Chen llegaría montando un caballo blanco, retando a todo el clan Jin solo para rescatarlo, teniendo que luchar ferozmente con su espada y una vez que todos estuvieran derrotados, entraría por la puerta de su habitación con apenas sí algunos cuantos rasguños en su fino rostro, lo cargaría en sus fuertes brazos y se lo llevaría con él para vivir juntos en el clan Lan, teniendo una larga y próspera vida llena de hijos y buenas bendiciones.

Suspiró y se levantó de su cama, comió aquella pequeña ración de arroz y agua dejada por el guardia, luego buscó algo de ropa limpia, la tomó entre brazos y se acercó a la puerta.

–¿Hola? Se que me escuchan, así que quiero preguntar, se que no puedo salir pero ¿Acaso no puedo tomar un baño?

Después de minutos sin respuesta, siendo el único ruido los murmullos entre los guardias, respondieron.

–Está bien, pero solo tienes 10 minutos.

Eso era poco para Mo Xuan Yu, pero al menos podría salir de su habitación un momento y respirar algo de aire fresco. La puerta se abrió y la luz del día deslumbró un poco al muchacho, haciendo que cubriera su rostro con el dorso de su mano, los guardias casi de inmediato comenzaron a encaminarlo hacia donde podría tomar un baño, rodeándolo de casi todos los lados, apenas si podía ver a otras personas en los pasillos.

Detrás de un muro algo alto, había miles de bambúes sembrados de tal manera que formaran paredes, dividiendo así pequeños "cuartos de baño", no era habitual traer a alguien de la familia Jin a aquella zona, pues esta estaba designada a sirvientes, guardias, discípulos e invitados no deseados o de poca categoría. Mo Yan no se sorprendió, era de esperarse que le trataran así después de todo lo que se decía de él en los pasillos. Los guardias lo dejaron solo, advirtiendo que esperarían fuera y que mandarían por él, aún si no había terminado, si llegaba a sobrepasar los 10 minutos permitidos.

Mo Xuan Yu sentía un tanto divertida la situación, entró a una de las pequeñas habitaciones y rápidamente se desvistió, dejo tanto las prendas como las sucias sobre un banquito de madera, metió la mano a la tina frente a él y como era de esperarse el agua apenas si estaba tibia, suspiro resignado y entro de todas formas al agua, sentándose y dejando hundir su cuerpo, hasta que el agua cubrió hasta su boca.

Tenía que encontrar una manera de poder toparse con Madam Qin Su, además que tenía muchas ganas de poder hablar con su hermano Zi Xuan, del cual la gente apenas si hablaba, como si acaso él no fuera el líder de toda la secta. Tal vez si se seguía comportando así durante algunos días más, le darían más libertades, siempre y cuando no causará ningún problema, después de todo, él seguía siendo el tercer Jin.

Después de largos minutos de frotar su delicada piel y cepillar su largo y negro cabello, salió del agua, tenía algo de frío, pues la brisa atravesaba las paredes de bambu, haciendo que su pequeño cuerpo temblara y se enrojeciera de algunas zonas. Rápidamente tomó las prendas limpias y se vistió, atando después su característico lazo en el cabello. Los guardias ya casi entraban cuando le vieron salir, con las prendas usadas en las manos y el cabello aún húmedo, Mo Yan les sonrió de una forma amigable y comenzó a caminar de nuevo a su habitación. Estaba totalmente dispuesto a ganarse a los guardias poco a poco.

Mo Xuan YuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora