[Capítulo 14]-La Posada De Las Pesadillas-

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[Narra Mike]

Comence a abrir los ojos lentamente y lo primero que note fue un fuerte olor a quemado, eso me alertó y rápidamente abri mis ojos de golpe y me levanté de un salto.

M.E: Soy yo a huele a... ¿quemado?

Dijo mientras comenzaba a levantarse al igual que hice yo, se posicionó a mi lado y ambos comenzamos a observar nuestro nuevo destino.

Todo el lugar era negro, árboles quemados, cielo negro con nubes negras, el suelo carbonizado, ¡todo negro!
Menos los únicos habitantes del lugar, Mike.exe y yo.
Aparte de su insoportable olor, por alguna extraña razón me sentía... ¿raro? Nose como explicarlo, no me sentía cómodo, como con... miedo.

M: Este lugar me da malas vibraciones...

M.E: Jm, según Champi y el mapa, estamos en "la posada de las pesadillas"

Dijo observando el mapa que pocos segundos atrás sacó de su mochila, añadiendo al mencionar el nombre del lugar un tono más grave para así dar un toque terrorífico, lo cual lo consiguió.

M: Ay no... ¿este es el lugar de esos ojos gigantes...?

Dije recordando las instrucciones que nos dio nuestro amigo champiñon antes de irnos.

M.E: Así es, pero recuerda, si no los miramos no sucederá nada

Aunque me dijera eso no me llegaba a tranquilizar, sabiendo que unos enormes ojos me estarían observando, esperando a que yo los mirara... me daba escalofríos.
Mike.exe se percató que aún seguía asustado y no tardó en volver a hablar.

M.E: Y no me pienso separar de tu lado

[Narra Narrador/a]

Dijo para así agarrar firmemente la mano de su contrario, provocando así que ambas notaran el cálido tacto del uno del otro.

M.E: Mientras que nuestras manos estén unidas no sucederá nada

Su sonrisa creció y los miedos del menor comenzaron a desvanecerse, dejando únicamente como pensamientos las palabras de su amigo peludo y su gran y afilada sonrisa.

Habiendo un ambiente más tranquilo ambos comenzaron a caminar, adentrándose en la gran niebla negra y entrando dentro de los muchos árboles de carbón, únicamente se podía oler el fuerte olor a cenizas, el cual no era muy agradable para ningún ser vivo, incluso podría llegar a dar nauseas o dejar inconsciente a alguien. Por suerte, los dos caninos eran resistentes y se mantenían en pie.
Aparte del mal olor, la vista era muy poca, la niebla anteriormente mencionada se hacía cada vez más densa y eso dificultaba bastante continuar con el camino. El mayor, con la única mano que le quedaba libre, la alzaba para así saber si se les aproximaba algún árbol y no chocarse.

M: Auch

M.E: Ups... no lo vi venir, jeje

Bueno, al menos para no chocarse con tantos troncos.
Después de una pequeña caminata a ciegas salieron de todos esos árboles sin hojas, llegando así a una zona un tanto extraña.

Siento que alguien me esta vigilando... pensaban los dos.

Aquí la niebla no era tan densa y se podía ver con un poco más de facilidad, eso sí, el olor aún era presente, incluso peor.
El nuevo trayecto parecía ser un largo camino invadido por hierbas secas y muertas, de colores obviamente negros o grises. Aunque no hubiera ningún cartel que indicara específicamente que por ahí seguía su camino, ambos votaron por seguirlo.

Cada vez la presencia de que alguien les vigilaba era cada vez más grande y fuerte, eso dejó ya de incomodar al menor para ahora asustarlo.

M: Exe... creo que no estamos solos...

-ᴅᴏꜱ ʀᴇɪɴᴏꜱ ᴅɪꜱᴛɪɴᴛᴏꜱ-[ᴍɪᴋᴇxᴇ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora