𝐂𝐚𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐬𝐞𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤? [Elijah Mikaelson]

Ⅶ. 𝙁𝙤𝙧𝙜𝙚𝙩 𝙢𝙚, 𝙄 𝙘𝙖𝙣'𝙩

Olvídame tú, yo no puedo

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Nos abríamos paso por el camino, con el sonido del bosque y una carretera solitaria y vacía. Irónicamente éramos dos almas perdidas que se habían encontrado con más intensidad que nunca antes.

-No te ofendas bombón, pero creo que la fiesta no es aquí

-¿Por qué piensas eso? -. Respondí mientras él frenaba su flamante auto rojo.

-No lo sé, tal vez porque estamos en medio de la nada -. Se río.

-¿Te parece gracioso? Estamos perdidos

-No, lo que me divierte es que la pelirroja se vengó de nosotros, porque no va a poder tenerme

-¿Qué dices?

-Es obvio que tú estabas celosa en el restaurant y ella se percató de eso, se molestó y en cuanto tuvo la oportunidad de jugarnos una pequeña mala broma, lo hizó.

Me quedé pensando al respecto.

Oh, no.

-No puede ser, soy una vil ingenua -. Solté quejándome y cubriendo mi rostro con las manos.

-Hey, no, no. Eres noble y piensas que todos son así, no posees maldad,  no es tu culpa -. Dijo tomando mis manos con delicadeza y separándolas de mi rostro-. Lo mejor será que regresemos a Nueva Orleans.

Asentí.

En el camino de regreso, hasta llegar a mi casa, sonó "Conversations in the dark" de John Legend, el sereno me erizaba la piel y de vez en cuando sentía la mirada atrapante de Kol sobre mi.

Pensaba en Elijah, para ser honesta. Pensaba en cómo serían sus besos y el sabor de sus labios.

¿Debería sentirme culpable? Yo no creo, yo no creo.

-Llegamos bombón, de vuelta en casa, sana y salva-. Dijo Kol llevando mi pequeño bolso.

-Kol, espera un momento -. Y ahí, en la puerta principal que adorna la entrada de mi casa, fui honesta con él -. Hay algo que debí decirte antes de que comenzáramos a salir

-¡Cariño! Estás en casa, nos preguntábamos cuando volverías -. La puerta se abrió sorpresivamente para revelar una figura que me era bastante familiar, mi madre.

-¿Mamá? ¿Qu-qué haces aquí? -. Pregunté

-Aww tu cabello creció, ven aquí solecito-. Dijo atrapándome entre sus cálidos brazos. Me llamó "solecito", así solía llamarme cuando era pequeña.

Nos separamos del abrazo y yo todavía no lograba entender que estaba ahí, casi olvido la presencia de Kol.

-Eh, no los he presentado, mamá él es Kol, estamos en la misma escuela y somos... Amigos -. Kol sonrió ante lo último que mencioné -. Kol, ella es mi mamá.