Ⅴ. 𝘼𝙡𝙬𝙖𝙮𝙨 𝙖𝙣𝙙 𝙁𝙤𝙧𝙚𝙫𝙚𝙧

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Siempre y para siempre

Estábamos destinados a decirnos adiós desde el inicio

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Estábamos destinados a decirnos adiós desde el inicio. Aún así quería quedarme una eternidad entera a su lado y todas las que fueran posibles.


—Tomaría la cura por ti, Alice.



—No quiero que lo hagas.



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Había convencido a mis padres de que París era el mejor lugar para mí, en menos de 5 horas ya tenía planeado mi viaje express: Un boleto de ida solamente. La aerolínea por supuesto me había ofrecido elegir una fecha de vuelta, honestamente no quería volver. Mis padres me alcanzarían después para celebrar las fiestas navideñas.

Pero justo ahora estaba en una cita muy inesperada...

—¿Qué te digo, muñeca? Es un clásico de los Mikaelson, no por nada huí siglos de ellos.—Dijo Katherine antes de darle un sorbo a su café. Estábamos en una cafetería a las afueras de Nueva Orleans, con el regreso de Klaus evidentemente Katherine no quería arriesgarse porque no tenía muy definido en qué términos estaban realmente ¿Enemigos o sólo viejos amigos?

—Tú realmente lo amas ¿Cierto? —Dijo refiriéndose a Elijah. Yo asentí con cierta pesadez porque no quería pensar en eso.

—Ya no importa, no veo la hora de irme de aquí.—Ella sonrió al escucharme decir eso.

—Tengo amigos allá y te visitaré de ves en cuando, rubia —Dijo coqueta —. Estarás bien,

—¿Irás a verme de verdad? —Dije sorprendida, Increíble lo bien que nos llevábamos ahora.

—Por supuesto, pero no te emociones es sólo para no aburrirme—. Dijo intentando lucir desinteresada.

—Ajá, si claro. Sé que ya me quieres aunque sea un poco —. Dije vanidosa y ella puso los ojos en blanco. Reí ante eso.

No quisiera comparar pero honestamente había encontrado más honestidad en la mísmisima Katherine Pierce que en Rebekah.


[...]


Llegué a la escuela para vaciar mi casillero, esperando no encontrarme a nadie indeseable aunque no tuve suerte.

—¡Alice, espera! —Dijo Bekah al verme, yo la ignoré y me di la media vuelta. —Por favor escúchame, sé que ya sabes lo de Magdalena.

—Ah ¿Te refieres a mi abuela? —. Dije adrede. Ella asintió apenada.

—No es lo que parece

—¿No? Porque parece que extrañabas tanto a tu mejor amiga que usaste como remplazo a su nieta ¿O me equivoco? —Solté molesta.

Caminé en dirección contraria a ella. No quería verla o hablar con ella, no quería ser su amiga.


𝐂𝐚𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐬𝐞𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤? [Elijah Mikaelson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora