Capitulo Treinta y ocho. -Let me die.
''Hoy te bese, un hechizo fue, amor no lo puedo negar''
Narra Ross.
Terminamos de almorzar y mi mamá tuvo que salir rápido a la casa de mis abuelos, uno de ellos se había lastimado en la calle y debía de acompañarlo al médico. Laura pensó en irse a su casa así yo podía acompañar a mi madre aunque no tenía muchas ganas de que se fuera... Por lo tanto, a mamá no le importó, se fue y me quedé a solas con Laura . Antes de que saliera por la puerta, pidió que tuviéramos mucho cuidado y sabía perfectamente a qué se refería y por otra parte, tenía en claro que nada de lo que ella tenía en mente iba a pasar. Subimos a mi habitación y vimos una película mientras comíamos palomitas de maíz tal como lo había planeado. Era una película de comedia y por lo cual, estaba riéndonos hasta llorábamos de la risa y era genial pasarla de esa manera con ella.
La película terminó y nos encargamos de tener una sesión de besos. Entonces, la cosa estaba subiéndose de tono cuando ella se sentó a ahorcados sobre mi y sus manos acariciaban mi pelo y mi cuello. Realmente me gustaba esto peor no quería que pasara a otra cosa, no sentía que ella estuviera preparada para esa gran cosa, la sentía débil y vulnerable. No quería lastimarla. Se separó de mi por un segundo y me vio a los ojos antes de volver a besarme pero más tranquilo, más despacio y saboreando el contacto de ambos labios. Salió de arriba mío y se acomodó sobre mi lado apoyando la cabeza en mi pecho. Le acaricié el brazo y sonreí, gracias a Dios ella paró todo porque sabía que no iba a ser capaz de detenerme y tampoco sería capaz de rechazarla. La situación no se volvió incomoda por lo menos para mí, no la sentía tensa y eso fue algo bueno.
-Me dejé llevar por tus besos. -Dijo en un susurro. Sonreí y le miré, solo pude observar su cabellera castaña
-No te preocupes por ello. -Le susurré-No me molestó.
...
-Está bien papá. -Dijo Laura por el teléfono con voz cansada- Su madre está por llegar, en serio, ¿Quieres hablar con ella? -Preguntó y esperó la respuesta de su padre- Vale, gracias por confiar en mí. -Sonrió- Vale, yo también, adiós.
Finalizó la llamada, bloqueó el teléfono y lo tiró a la cama de Ross. Su padre la había tenido quince minutos hablando sobre qué debía de cuidarse estando sola en una casa con un chico, hace unas horas atrás un beso casi pasó a ser algo más y ella supo detenerse además de que Ross supo como no obligarla a hacer algo que no quería. En parte, se sentía preparada pero en otra no. O sea, no quería ser de esas chicas que se acostaban con su primer novio, tal vez se acostaría con Ross pero en unos meses más. Ahora no era el momento. Laura se sacó el sweater y este hizo que se le levantara la remera, tenía unas marcas. Eran las mismas marcas que tenían sus brazos, y muñecas, contando las piernas. No le gustaba verlas cuando se miraba en el espejo de la puerta antes de entrar a la ducha, era como ver su pasado reflejado porque sabía que siempre estaría ahí. Siempre permanecería pegado a su piel y se lamentó por aquello. Hacia unas semanas o un mes, que había dejado la navaja de lado y había empezado a sonreír... Podía llorar, podía lastimarse pero no de la misma manera que antes. Ahora, algunas veces, se enterraba las uñas en las piernas y en las muñecas pero nunca salía sangre y eso era agradable.
-Bueno, ¿dejó que te quedaras o te llevo a tu casa? -Preguntó Ross con la llave del auto en su dedo.
-Tenías todo preparado para que me fuera de este lugar... Sabía que querías liberarte de mí. -Dijo y tomó su sweater amagando a colocárselo de nuevo cuando Ross la detuvo, una sonrisa estaba en la cara de ella y tiró del mismo dejándolo en la cama donde antes.
-Lo último que quiero, hoy, está noche, es que te vayas de la casa y de mi habitación. -Una sonrisa se expandió por su cara, sus dientes blancos con la luz parecían más perfectos que siempre.
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Let Me Die (Raura)
Fanficsipnosis —Let me die. Un Imbécil y Una Chica Suicida ¿Podra esta Relacion Funcionar?