OCHO

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    Kouki despertó.
 
    Seijuro dormía plácidamente en su pecho, Kouki podía sentir su suave respiración rozar en su piel, podía ver un poco de sus largas y rojizas pestañas sobresalir, le encantaba. Con cuidado de no despertarlo, acaricia su cabello con ternura, como siempre, el cabello de Seijuro olía exquisito y era extremadamente suave.

    Ya algo que nadie sabe, y nunca sabrán, es lo desordenado que es cuando se despierta, teniendo montañitas en toda su melena.

    Kouki no entiende todavía la ciencia detrás de esto, después se todo, Seijuro no se mueve no un milímetro al dormir.

    'Tal vez lo hago yo mientras duermo...'

    De cualquier forma, para Kouki, es sumamente adorable.

    *Chu...*

    Dió un suave beso en la coronilla de la cabeza de Seijuro.

    Sonrió, sonrió como nunca en su vida, extremadamente feliz.

    'Esta vez estarás a salvo, Seii... No volveré a dejar que te hagan daño...'

    34...

    Fueron 34 veces las que Kouki vio morir a Seijuro...

    Por más de un mes (mentalmente), Kouki vivió el infierno...

    Pero, ese infierno terminaría hoy...

    — Kouki...

    Seijuro despertó.

    Miró a Kouki y le sonrió, procediendo a hacer su rutina diaria, que constaba nada más ni nada menos que...

    Llenar a Kouki de amor.

    — ¡Hajajajaja! ¡Espera~!

    Kouki reía a carcajadas, removiendose como babosa en sal en su cama, con Seijuro haciéndole cosquillas.

     — ¡Seii! ¡Seii~! ¡Hajajajaja!

    Seijuro sonreía mientras escuchaba la risa de Kouki.

    Amaba escucharla y ser la razón de ella (a pesar de que, de alguna manera, lo estaba obligando a hacerlo), ser la razón de que Kouki sea feliz.

    El infierno terminaría hoy, solo para abrir paso a, finalmente, el paraíso.

 

 

 

 

 

———🌷
——————

 

 

 

 

 

    Kouki se apoyó en la baranda del balcón y miró el hermoso cielo azul de ese día, olfateó el lindo aroma de la tierra húmeda de su jardín y miro a su jardinero.

    Steve, quién estaba regando las plantas, también lo miro, y al darse cuanta de que sus miradas se cruzaron, saludó a Kouki con una gran sonrisa.

    Kouki también le sonrió, devolviéndole el saludo.

    Tomó su celular, marcando un numero sin registro.

    — ¿Kouki?

    — ¿Qué dices sobre el trabajo que quiero que hagas?

    — Bastardo, al menos saludame. ¿De cuanto dinero estamos hablando?

    — No tengo un límite de predio para este trabajo, pide lo que quieras.

    Kouki cubrió su boca, temiendonde que alguien pudiera leer sus labios y siguió hablando.

    — Solo quiero que sufra todo lo que pueda hasta morir, luego, es todo tuyo, vende sus órganos si quieres, te aseguro que están muy sanos.

    — ¡¿En serio?! ¡¿No solo torturarlo, sino que también me quedo con su cuerpo?! ¡¿Y pagaras todo lo que yo quiera?! ¡Eres un Ángel, Kouki-sama!

     — Si, si, solo hazlo, Makoto.

     — ¡Está bien! ¡Te lo dejaré barato, ya que yo gano mas aquí~! ¡Hajajajajajajajaja!

    — ... No...

    — ¿?

    Kouki bajó la mirada, donde Steve se encargaba de la hierba mala que crecía alrededor de las nuevas rosas del jardín.

    — No tienes idea de lo feliz me hace que seas tu el que haga este trabajo, sin dudas yo salgo ganando...

    — ... Se que no debo preguntar sobre las razones de mis clientes, pero, conociéndote, es muy raro que me lo pidas... ¿Puedo saber cuantas veces te mató en tu vida pasada como para desearle tanto el mal?

     — ... No te imaginas cuantas...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

    Kouki despertó...

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