Counting Stars. (JinKook)

No me llames hyung.

Lo sé, tardé mil años en actualizar, no me juzguen, yo las adoro y lo saben. ;;;;;;;;; hice capítulo largo para compensar, espero que os guste, aunque no conteste vuestros comentarios los leo todos y me hacen muy feliz. <'3 ¡A leer!

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-Y entonces, ¿Besa bien?.-Pregunta un curioso J-Hope, mirando a su amigo con una ceja arqueada y una divertida sonrisa en el rostro, al tiempo que se sienta sobre la cama de la habitación del contrario.

-No le besé, idiota.-Responde Jin, algo irritado por aquella pregunta, sin saber muy bien por qué le importuna tanto aquello.

-¿De verdad? ¿El gran Jin ha pasado dos noches con la misma persona y no lo ha besado?-Dice esta vez apoyando los codos sobre sus rodillas y la cabeza sobre sus manos, algo divertido por sus palabras.-Vaya, debe gustarte de verdad.

-No es cierto, ¡No me gusta!-Exclama girándose para no mirar a su amigo, revolviendo su pelo con algo de frustración, mirándose ahora en un pequeño espejo que tiene frente a su cómoda. ''¿Me gusta? No, claro que no.” Se repite una y otra vez frente al espejo, saliendo de sus pensamientos segundos después cuando nota como su amigo pica uno de sus costados, haciéndole cosquillas.-¡Yah, no hagas eso!

-Estabas tan sumido en tus pensamientos que no me estabas escuchando.-Dice el menor al tiempo que abulta los labios formando un tierno puchero que a Jin no enternece desde hace años.- Venga, responde, ¿Vais a volver a quedar?

-Le mandé un mensaje esta mañana, pero aún no ha contestado...-Responde sacando el móvil de su bolsillo para reafirmar sus palabras, aprovechando para mirar la hora. Las 14:16, hace algo más de dos horas que le mandó el mensaje, aquello le empieza a consumir, ¿Por qué le importa tanto aquello? Jungkook no le gusta...¿No?

-¿Por qué no vas a darle una sorpresa a su casa?-Dice J-Hope, apoyándose ahora sobre la cómoda, de espaldas, apoyando ambas manos tras de si, con la mirada fija en el mayor.-

-Se va a pensar que soy un acosador.-Dice Jin negando con la cabeza con una risa burlona en sus labios.

-Pues por como hablas de el, yo creo que le gustas, y creo que le gustaría que hicieses algo así.-Se encoge de hombros apretando los labios, aún con la mirada fija en el.

-¿De verdad lo crees?-Pregunta con algo de emoción, la cual trata de ocultar segundos después, carraspeando.- Quiero decir, no quiero hacerle daño al pequeño, ya sabes.

J-Hope ríe mirando a su amigo, negando con la cabeza, dándole una palmada en la espalda después.-No lo creo, lo sé, y espero que nos lo presentes pronto.-Murmura guiñándole un ojo, a lo cual Jin responde con un sonoro bufido, el cual le resulta bastante gracioso al menor.

-¿No tenias que irte?-Dice Jin, prácticamente echándole de su habitación, empujándole por la espalda.

-Te intento ayudar y así me lo pagas, algún día me iré y te arrepentirás.-Dramatiza J-Hope, llevándose una mano a la cabeza.

-Eres demasiado cotilla como para dejar de atosigarme con tus preguntas a diario, ahora vete, tengo que hacer cosas.

-Está bien, pero llévale flores.-Responde saliendo de la casa con una ladina sonrisa en los labios.

Jin cierra la puerta, apoyando la espalda en esta y cerrando los ojos, dejándose resbalar en esta hasta quedar sentado en el suelo. ¿Estaría bien seguir el consejo de su amigo y aparecer en la casa de Kook sin avisar?, bueno, no tiene nada que perder, así que de un salto se levanta del suelo, mirando de nuevo la pantalla de su móvil, la cual indica que están a punto de dar las tres. Decide darse una rápida ducha para despejarse, vistiéndose y peinándose casi en un tiempo récord, el simple pensamiento de ir a casa del menor le provoca taquicardia, empieza a pensar que las palabras de J-Hope no eran tan descabelladas. Mira por última vez su móvil, Jungkook ni si quiera se ha conectado desde anoche, ¿Y si le ha pasado algo? La preocupación comienza a invadir sus pensamientos. Deja caer el móvil de nuevo en su bolsillo y sale de la casa, cerrando la puerta tras de si para dirigirse a la casa del chico, a paso ligero, de lo cual apenas se percata al estar tan absorto en sus pensamientos. Cuando se quiere dar cuenta ya está en la puerta de la casa. Traga saliva mirando la puerta, manteniéndose en aquella inmóvil posición durante varios minutos. Le sudan las manos y el corazón palpita en su pecho con rapidez, joder, mierda de sentimientos. Se mentaliza de golpear la puerta para llamar, cuando escucha como el cierre de la misma comienza a abrirse, sintiendo sus músculos engarrotarse y sus sudores volverse fríos. Antes de poder reaccionar, ve al menor riendo, lo cual hace que su corazón se encoja y sus ojos se iluminen, aunque eso solo es antes de ver a otro chico de pelo naranja junto a el. Eso le irrita, y si las miradas matasen, aquel desconocido ya no estaría en la faz de la tierra.