Larga caminata

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Quien diría que esto sería posible: un niño de cuatro o tres años con una niñita de igual edad, solos en un bosque. Pero sucedió.

Nos ibamos a tardar alrededor de una hora llegar hasta la feria. Cómo llegó hasta aquí, no lo sé, y me da miedo pensarlo hoy en día, pero creo que fue por lo mejor ello. A los diez minutos, caminando en total silencio, traté de empezar una conversación con ella.

-Uh, ¿cuál es tu nombre?

-... Ka-Katherine.

-Qué lindo nombre. El mio es Alexandro.

Inmediatamente me sentí mal por haberle mentido. Creo que por ello jamás me acuerdo de mi nombre verdadero, por haberle mentido a ella. Pero, en ese momento era joven e idiota, y pensé que, como nunca la vería de nuevo y "Alexandro" sonaba bien, al menos así me recordaría.

-Oh, qué bien.

-...

-...

Noté que traía un libro. ¿De estrellas, me parecía?

-¿De qué es el libro?

-Uh... .... de e-estrellas.

-¿Puedo verlo?

-... sí, ¿no lo vas a rayar u algo?

Para ser honesto, a mi me gustaba rayar y colorear los libros, pero me contuve y lo empezé a hojear. Se me hizo aburrido, porque tenia muchas palabras y pocas fotos.

-...¿te gusta?

-Sí, Katherine, me gusta mucho. Me gustan como las estrellas solo están en la noche.

-Mi papá dice que en el día está también, como el Sol...

-¿El Sol, una estrella? ¿En serio?

-Sí, mi papá me dijo, y aparte las otras estrellas está allí, pero la luz que emiten es muy baja comparada a la del Sol, por ello no las vemos. Además, ¿ves esas constelaciones?...

No entendí nada y quería contradecirla, pero mi tía decía que no debía de molestar a alguien mientras hablaba. Así que la dejé hablar. Igual me gustaba el tono de su voz, así que no me molestaba realmente. Y así, ella me enseño varias cosas sobre las estrellas durante unos minutos.

Y luego, silencio de nuevo. No me gustaba el silencio, y menos ahora que estaba con ella; me hacía sentir nervioso, como pollo al matadero. Así que le pregunté en dónde vivía.

-Vivo en Friderick. Es una ciudad muy grande, ¿sabes? Con 204 km cuadrados, y teniendo el castillo medieval más grande de Europa...

Otra vez, una lección de Friderick. No sabía qué ciudad era, ni dónde quedaba. Pero sonaba como una linda ciudad. Fri-de-rick. Suena medieval. ¿Habrá dragones allí? ¿O esqueletos? ¿Quizás calabozos? Decidí preguntarle, con algo de verguenza.

-Katherine, ¿hay dragones en Friderick?

Me miró con una seriedad que nunca he vuelto a ver ni de ella ni en nadie más.

-No. ¿Por qué preguntas eso? Los dragones no existen - bueno, existen los de Komodo, pero eso no significa que en Friderick haya dragones. Hay óleos y estatuas de dragones en el castillo Friderick, que como te mencionaba tiene una gran colección de...

Solamente escuchaba la perfección de su tono de voz.

Me sentí cansado. Media hora de escuchar sobre Friderick, la inexistencia de dragones y de estrellas enfada incluso a mí. Aparte, me dolían las piernas. Sin embargo, parecía que no estaba tan lejos de la feria.

-Uh, ¿Alexandro? ¿Podríamos ir allí?

Apuntó a una cornisa. Se podía ver el mar y una pequeñita isla más adelante.

-Katherine, no tenemos barco, y está muy lejos.

Me miró seriamente.

-... Me refería a que allí hay un tronco. Quisiera ver las estrellas. Se miran hermosas allí.

Y cómo iba a decirle que no. A pesar que probablemente mi tía y familia me asesinarían si descubriesen esto, decidí llevarla sin pensar en ellos hasta después. La llevé a la cornisa y, ciertamente, había un tronco en buen estado y que estaba cómodo. Decidí sentarme junto con ella.
 

Nunca olvidaré lo que sucedió allí.

 Nota del autor: Creo que nadie va a leer esto en lo que queda de mi vida, pero igual si alguien lo lee, me gustaría saberlo. Críticas, reseñas, opiniones, ¿voy muy rápido, muy lento o así está bien? ¿Les gusta la manera en que escribo? ¿Qué sucederá después de esto? Sin nada más que decir, gracias por leer esto, anónimo. :)

Ultimo suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora