Ultimo suspiro

Perdido y encontrado

Era un tronco que sería como cualquier otro; en buen estado, cómodo para sentarse, no muy largo y en donde se puede charlar muy bien. Ciertamente, me parecía buena opción cuando decidí sentarme con Katherine allí. 

Durante un momento, solamente estábamos sentados, mirando al cielo, las estrellas brillando intensamente en conjunto con la Luna en el espacio exterior. El viento iba al Oeste, pero de una forma muy suave, agradable para mí y, aparentemente, también a Katherine, aunque ella no miraba algo más que las estrellas. El bosque estaba en absoluto silencio; no parecía que hubiese algo más aparte de nosotros dos, y a pesar de que eramos solamente yo y ella, me sentía perfecto, sin soledad. Me gustaba mucho mirarla allí, pasiva, mirando y apreciando al resto del Universo, desconectándose de todo lo demás para enfocarse en el hermoso, brillante cielo. Su cabello se movia como si estuviese bailando un vals, debido al viento ligero presente allí.

Si bien a mi me gustaban ver las estrellas, después de unos minutos trataba de encontrar algo con qué distraerme.  Primero miré su cabello y me imaginé a mí mismo en un salón formal con ella, bailando alguna de esas melodías que le gustaban a mi tía, de puros violines y pianos y ese tipo de instrumentos "aburridos". Luego, traté de agarrar cuidadosamente su libro, pero ella, sin dejar de mirar las estrellas, simplemente agarró el libro y lo sujetó entre sus dos brazos.

-Katherine, ¿me prestas el libro?

-... ¿quieres buscar las constelaciones que aparecen en el libro?

No sabía qué era una constelación, pero igual asentí; sonaba como algo divertido buscar algo que existiese en realidad. Ella abrió el libro y me mostró una constelación, creo la Osa Mayor, y me dijo que la buscara. La encontré en unos minutos. No era tan difícil, pero igual simulé como si hubiese sufrido mucho para encontrarla.

-Uh, la Osa Mayor es la más fácil de reconocer... ¿buscamos otra?- me dijo ella en una dulce, y a la vez agresiva voz, mostrando todavía un poco de timidez.

Esta vez, seleccioné yo la constelación. Era una imágen de un gato. Se me hizo divertido, y competimos entre los dos para encontrarla.

-¡Allí está!

Logré encontrarla antes que ella. Sí era un gato, o al menos lo aparentaba; tenía el rostro pero le faltaban los bigotes. No me podía quejar de las estrellas.

-Alexandro, ¿qué piensas de este lugar?

-Se ve bonito el cielo. Muchas estrellas brillantes, y a mí me gustan. También el viento está bien. Me gusta.

"No me gusta el silencio, pero contigo lo puedo soportar", pensaba.

-Creo que... podrías ser un amigo.

-Uh, sí.

-¿Qué tal si todos los años nos reunimos aquí? Todos los años vengo a la feria, así que te podré ver constantemente.

-Me parece bien.

Quisiera haber ido con ella a Friderick y defenderla de los dragones. Sería otro día.

La llevé a la fiesta, donde su madre la esperaba tranquilamente. Era raro; ni mi madre ni mi padre no toleraban ni un segundo más tarde de lo marcado, y aquí, siendo casi medianoche, estaba tranquila. Tristemente, la abandoné y volví a la cabaña, pero estaba destruida y oscura. Nadie estaba allí, y me sentía inseguro, así que volví a la feria.

Volver a la feria me salvó la vida. Como niño perdido, nunca dije quién podría ser mi padre y, sin documentos legales en posesión o en la casita, me pusieron en el orfanatorio unos días antes que fuese adoptado por una pareja dulce, una mujer alta de cabello negro con ojos azules y delgada junto con un hombre también alto, de cabello rubio y ojos azules también, siendo de una complexión promedio. Decidieron mantener el nombre falso que dí, Alexandro.

Mi vida cambió por completo, pero no sabía si para bien o mal.

*Bueno, este fue el 3er capítulo de mi novela. Ahora que Alexandro y Katherine están separados, ¿qué sucederá? Eso es un misterio... Si tienen críticas o comentarios que realizar sobre la novela, son aceptados totalmente. ¿Voy rápido, lento? ¿Describo muy poco, o mucho? entre otras preguntas. :)