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𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆

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𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆

— Ya estoy en casa

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— Ya estoy en casa. — Anuncié mi llegada, pasando directo a la sala.

— Hola hija.... — Quedó con las palabras en la boca al verme. — Por Dios niña, ¿Otra vez peleaste? Tienes el rostro hecho un desastre.

— No es nada, no te preocupes. — Suspiré. 

— Nada de eso, siéntate vengo en seguida. — Obedecí sin reproche.

Mi madre tomó su tiempo en desinfectar los rasguños en mi rostro, más la herida en mi labio, la pelea había estado fuerte pero aún así les di a cada uno la merecida paliza, después de terminar, me dio de cenar, mientras me regañaba diciendo de que no pelear no era nada femenino y que debería cambiar, lo cual, no tomé porque me gustaba ser así, me daba igual lo demás.

— Si sigues así, nunca encontrarás pareja. — Mencionó.

— No lo necesito, además quién me quiera me aceptará tal y como soy. — Me defendí.

Luego de la cena, me fui a mi cuarto, estaba cansada así que me duché, seguido de terminar me puse el pijama y me acosté.

Luego de la cena, me fui a mi cuarto, estaba cansada así que me duché, seguido de terminar me puse el pijama y me acosté

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— ¡Achus! — Estornudé.

— ¡Ni siquiera se te ocurra enfermarte! — Gritó mi madre desde la cocina.

— Bueno, me voy. — Salí de casa.

Un nuevo día había comenzado, no sentía muy bien el cuerpo, seguro que pescaría un resfriado y eso no sería bueno, a mi madre no le gustaba que faltara a clases. En poco tiempo llegué al instituto, el autobús había sido rápido, me adentré al salón y me senté en mi lugar, en seguida se giró Yuka, al igual que el chico de adelante.

— Buenos d...--

— Por Dios Mae ¿Qué te ocurrió? — Preguntó Yuka, asustada.

— Me caí por las escaleras. — Mentí.

— Si no te conociera, te creería pero eso más parecen golpes. — Frunció el ceño.

— ¿Qué ocurrió, Mae? — Preguntó Smiley, colocando sus labios rectos.

— ¿Recuerdan a la chica de antes? Mako. — Murmuré, ambos asintieron. — Resulta que convenció a su hermano de darme una paliza, me esperaron cinco pandilleros en el parque, un poco más allá de separarme de Yuka.

— No puede ser, mira como te dejaron. — Colocó una expresión de preocupación.

— No pasa nada, igual les di una paliza. — Me encogí de hombros.

— Pero eso no está bien, Mae, cinco tipos contra una chica, es injusto, hubiera estado ahí. — Murmuró Smiley.

— No se preocupen, no me tomó tanto en acabar con ellos, sé pelear, así que no hay problema. — Dije tranquila.

— Justo estábamos hablando de que Smiley me puede dejar en casa. — Mencionó Yuka.

— Eso es genial. — Sonreí levemente.

— Y entonces Angry puede llevarte a la tuya. — Mi sonrisa se esfumó ante lo dicho por Smiley.

— ¿Estás de broma? Estoy segura que Angry chocará a propósito para que me muera y dirá "Fue un accidente" — Fruncí el ceño.

— Mae, conozco a mi hermano, no es así, deberías conocerlo un poco más. — Soltó una pequeña risita.

— Si intenta algo, pido que tu me dejes en casa y Angry deje a Yuka en casa. — Terminé de hablar.

Smiley asintió de acuerdo con mis palabras.

Con el sonido de la campana, el maestro apareció, empezando en seguida su clase, aún seguía pensativa con la propuesta de Smiley, me parecía extraño que un momento a otro se ofreciera a dejarnos y más dejando a Angry conmigo, ¿Qué será?

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆 ┊ Souta Kawata. ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora