The games of the dead (crossover bethyl)

Vamos a un lugar distinto

Había soñado que volaba y que todo el cielo era tan grande que no había manera en que dejara de moverse, sus manos se habían estirado cuando había visto a su madre en uno de los árboles a punto de caerse. Pero al final su madre se había estrellado contra el suelo y ella había despertado de golpe, jadeando por el miedo de perder a otra persona más.

El sol había entrado a través de la ventana quebrada mientras Maggie se movía en la estrecha cama por el meneo de su hermana. Beth le dio un vistazo para tranquilizarse y se levantó para salir a la cocina donde su padre ya preparaba té de una rama que había encontrado por ahí.

—Buenos días— le saludó ella con tristeza al ver el rostro cansado de su padre.

Era un hombre mayor que había perdido una pierna durante un incidente con una hacha en su turno de talador, a partir de ahí su trabajo había sido ayudar al médico de la zona apoyando a los que sufrían de accidentes y recoger hierbas en la zona boscosa que no era usada para la explotación, donde algunos también hacían cacería furtiva.

—Buenos días cielo— contestó él con un beso en la frente, siempre que había día de cosecha no dormía.

Beth tragó un poco del amargo té que el hombre le dio y se sentó en una silla vieja. Ella tampoco lo hacía mejor, luego de la muerte de su madre y su hermano mayor por una enfermedad, ella tenía sueños de muerte cada que había cosecha; hasta el momento ella no había sido seleccionada pero eso no significaba que no fuera a pasar así que solo tenía que soportar dos años más para que su padre dejara de preocuparse.

El silencio de la zona era tan profundo que cuando alguien tocó la puerta sonó con tal fuerza que asustó a ambos, Beth corrió a la puerta y vio a Glenn de pie con una sonrisa triste, ella le invitó a pasar sin decir palabras. Maggie apareció minutos después, muy despacio abrazó a Glenn en busca de consuelo así que Beth sonrió al ver que su hermana tenía algo de soporte para lo que fuera a pasar.

Y en el mismo espacio de tierra pero en un lugar muy distinto estaba Daryl, en el seguimiento de un conejo entre los bosques con su fiel compañera la ballesta, disparó el primer perno y entonces el animal se movió pero no podía seguir en el bosque por más tiempo. Pronto tenía que salir para ver el estúpido conteo de la cosecha.

Al principio le daban igual porque su pequeño infierno de casa hacia que las preocupaciones extra se fueran por el retrete pero cuando la cosecha había tomado lo que más amaba en su vida había comenzado a odiar con toda su alma esos malditos juegos y como una especie de protesta, al principio no había querido ir pero los agentes de la paz habían sido muy persuasivos así que ahora se presentaba en la plaza tal cual como estaba: sucio y con sus peores ropas.

La mayoría de la gente le miraba con asco o le reprobaba con la mirada pero a él no le importaba, esos juegos habían matado a su hermano cuando se suponía que ya no era nominado. Ese año habían escogido gente de todas las edades y su hermano había sido seleccionado para terminar a manos de ese enfermo de Phillips Blake del distrito 2.

Daryl se cruzó de brazos mientras esperaba que se llenara el lugar, vio cómo llegó la familia Greene con el futuro miembro Greene llamado Glenn, miró a la joven castaña que besó a su padre y prometido pero en especial la sonrisa nerviosa de la más joven hija de Hershel. Sus nervios se pusieron de punta cuando pensaba que ella podía estar nominada, tenía 16 años así que todavía era candidata por lo que esta vez en el sorteo cruzaba los dedos porque no saliera ella. Era algo así como su amiga secreta.

En cuanto a Beth, ella dio un vistazo rápido a donde imaginó que estaba Daryl y cuando lo encontró le dio una pequeña sonrisa, para todos los demás era el talador de árboles borracho e insoportable que vendía carne ilegal de su caza pero para ella era algo así como su mentor. Todavía podía recordar ese día que había salido de la escuela, llovía horrores y ella quería llegar a casa para cambiarse la ropa empapada.