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— Tenéis suerte de no tener que entrar a esa sala...

Preston miró a Maya.

— ¿En que clase de lugar estamos?

Bonnie abrazó a Maya.

— Nos han dicho que la prueba ha sido cancelada hoy porque uno de los alumnos tuvo un ataque de pánico.

— Sí...Bueno...— Preston cambió de tema.— Creo que deberíamos descansar.

Todos estuvieron de acuerdo. Todos volvieron a la habitación de los chicos. Por el camino, un guardia los descubrió.

— ¿Qué hacéis aquí chicas? Deberíais estar en vuestro cuarto.

El guarda les regañó. Las chicas caminaron junto al guarda, girando para ver preocupados a los chicos.

Al salir del edificio, otro guarda se acercó a ellos y cada uno de ellos durmió a una de las chicas.

— Oye Preston, ¿no son esas Maya y Bonnie?— Dijo señalando la ventana. — Se las llevan.

Ambos salieron corriendo del edificio, al bajar, las chicas ya estaban dentro de la furgoneta.

— Toma, busca en mi móvil una app con el icono plateado. Bonnie la descargó y me dijo que la usara.

Preston salió corriendo. Zack buscó la aplicación, era un localizador.

— Por favor, espero qué no les pase nada malo.

Preston apareció con una moto y junto a Zack, fueron a buscarlas.

— Tranquila todo saldrá bien.— Susurró Maya.

Ambas estaban asustadas, nadie las escuchaba. Un hombre entró en aquella fría habitación. Se acercó a ellas. Agarrando del mentón a Maya dijo:

— Voy a ganar mucho dinero por vosotras.

Maya le escupió en la cara.

— Eres repugnante.

El hombre se dispuso a abofetearla pero un chico entró y le detuvo.

— Recuerda, esa cara te hará rico. No puedes golpearla así como así.

El hombre le agarró del cabello.

— ¿Le has oído?— comenzó a reír. 

Bonnie comenzó a llorar.

— Tranquila, a ti no te depara algo tan desagradable.— Dijo el chico acariciando la cabeza de Bonnie.— Mira, ya vienen a por ti.

Unos hombres se llevan a Bonnie.

— Soltarla.— Dijo Maya tratando de liberarse.— No la hagáis daño.

— Tienes suerte de ser bonita, porque tu carácter es algo irritable.— Dijo el chico.

— ¿A donde la llevan?

— Con su futuro esposo.

— No... Con ese...Cometéis un error.

— ¿Quién crees que nos contrató?

— ¿Dinero? Yo os puedo dar dinero.

Ambos se quedaron viéndola serios y comenzaron a reír.

— No el suficiente.

El chico se sentó en el suelo y el hombre salió de la habitación.

— Sinceramente, espero que tengas suerte.— Susurró.

— ¿No eres demasiado joven para hacer este tipo de cosas?

— Si tienes suerte, quizás te compren los Arwood.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2023 ⏰

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