— Venga MiaMite. —animó el chico mientras movía los dedos de sus manos con velocidad—. Sólo quedan cinco jugadores, esta partida es nuestra.
— Mr. Saturday, desde mi posición veo a tres jugadores, pero tendrías que ayudarme porque es probable que muera. —contestó la chica.
Gracias a su buena habilidad en los videojuegos, y con un poco de suerte también, la pareja consiguió la victoria de la partida y una "Victoria Magistral" salía en sus pantallas.
— Mr. Saturday, hacemos un gran equipo. Gracias por esta sesión, pero te tengo que dejar, tengo deberes que hacer y no me gustaría suspender la materia. —dijo mientras cerraba la pantalla del juego y apagaba la consola.
— ¿Mañana a la misma hora? —preguntó el chico.
— Mañana a la misma hora. —respondió y se desconectó de la llamada.
Mia llevaba unos cuantos meses jugando a todo tipo de juegos con ese chico misterioso. No sabía nada de él, ni siquiera sabía si realmente estaba hablando con una persona de su edad o un viejo haciéndose pasar por un joven. El caso era que disfrutaba la cálida voz del chico y como le comentó, realmente hacían una gran dupla.
Un poco cansada, colocó todos los deberes que tenía sobre la mesa y escuchando su playlist de Spotify, se adentró en el mundo de las matemáticas.
***
George era un chico divertido, listo y bastante guapo, aunque él no se identificase como tal. Jugar con MiaMite todas las tardes se había vuelto su rutina favorita. A pesar de no conocer absolutamente nada de ella, sentía que había una conexión especial entre ellos. La chica le parecía simpática y era bastante buena en todo los videojuegos, incluso más que él.
Por la tarde había quedado con su mejor amigo Alex. Se conocían desde hace muchos años y sabían todo el uno del otro. Su comida favorita, su cantante favorito, las manías que tenía, los hobbies que tenía... Sabían completamente todo. De la misma forma, Alex conocía también la existencia de esa chica misteriosa de George, pues cada vez que quedaban solía mencionarla unas cuantas veces, y él, un poco cansado, siempre le hacía la misma pregunta:
— ¿Pero acaso os conocéis? —preguntó después de que su amigo le contara la maravillosa jugada que habían hecho minutos antes.
— Alex, te he dicho una y mil veces que no. Ninguno se ha atrevido a preguntar cosas personales, no queremos "romper" nuestra amistad. —le contestó cansado. Esa conversación la tenían muy a menudo.
— Ay George, ¿pero acaso lo has intentado? Quizás, ella se tome a buenas el conoceros y podéis incluso llegar a quedar en persona.
— Bueno, no sé. Ya veré si mañana se me ocurre algo.
***
— ¡Corre Mr. Saturday, revíveme! —gritó Mia nerviosa por si perdían aquella partida.
— ¿Dónde estás? No me sales en el mapa.
— Estoy por donde las montañas de nieve... ¡Corre! ¡Sólo quedan veinte segundos! —gritó aún más nerviosa.
— ¡¿En las montañas de nieve?! ¡¡Estoy en la otra punta!! No me va a dar tiempo a salvarte... —comentó un poco desilusionado el chico.
— Bueno, no pasa nada. A la siguiente ganamos seguro. —dijo la chica mientras veía a su personaje morir y la palabra "Eliminada" en rojo aparecía en la pantalla.
— Por cierto, MiaMite... Eh... Esto... —empezó a decir George nervioso—. ¿Podríamos... no sé... conocernos? Tu y yo. Me gustaría saber cosas sobre ti.
