Él le pidió que lo besara en los labios y se negó. Aún no. Lucas nunca había experimentado nada igual. Siempre, en su vida, las cosas habían sucedió muy rápido en situaciones así. Ninguna chica se había detenido tanto en su cuerpo.
Normalmente todas le rogaban desesperadas que las penetrara lo más rápido y duramente posible. Yuri lo estaba sorprendiendo.
–Sólo es el principio. Son sólo las seis de la tarde...–.
–Nunca creí que fueras así– confesó él bastante excitado e intrigado por lo que vendría después –te imaginaba distinta–.
–La vida te da sorpresas–.
Lucas se había sentado de nuevo y no podía disimular la pequeña erección que comenzaba a asomar. Yuri no iba a esperar otra cosa, lo estaba poniendo a cien.
–Déjame...– le levantó la camisa y se la quitó, dejándola sólo en sujetador –me gusta tu cuerpo. Antes en la ducha de la piscina me has vuelto loco–.
–Esa era mi intención– sonrió amable y se puso de rodillas sobre la cama. Así avanzó hasta colocarse justo detrás de él –vas a experimentar la mejor sensación de tu vida–.
Él sólo contuvo la respiración. Echó la cabeza hacia atrás y la buscó. Yuri cogió otro hielo y lo plantó en el cuello del chico. Después el moreno sintió el contraste del hielo y de lo caliente de la lengua de aquella mujer que lo estaba dejando atónito.
–Me estás poniendo muy cachondo– susurró estrujando la camiseta de Yuri en sus manos. Ella siguió lambiendo su oreja –joder Yuri–.
–No estés tenso– le dio un pequeño masaje en los hombros –relájate–.
Necesitaba probar sus labios como nada en otro mundo. Quería sentir la calidez de su lengua recorriendo cada uno de los rincones de su boca. Quería tocarla y hacerla estremecer, haciendo de éste deseo una necesidad. Quería que gritara su nombre tan bien como lo gritaba cuando se enfadaba con él...
–Podríamos volvernos locos en éste momento, hacerlo como nunca y corrernos con sólo mirarnos...–.
– ¿Eso quieres Lucas? Creí que tú nunca estarías interesado en mí– le depositó un tierno beso en el cuello.
–Sí– giró la cabeza para mirarla –no puedo negar que siempre me has parecido muy atractiva, pero de ahí a llegar a éste punto... nunca–. Ella tenía las mejillas coloradas y un aspecto increíblemente delicioso. Lucas sólo permaneció mirándola como aturdido. Sonrió.
– ¿Qué sentirías si te dijera que ésta tarde le soñado contigo? Bueno, no sólo ésta tarde pero... es el sueño que más cercano tengo–.
– ¿En serio has soñado conmigo, Yuri?– pronunció su nombre con énfasis y sus ojos traviesos buscaron los de ella.
–He soñado contigo Lucas. Pero tú me torturabas...– puso voz de niña pequeña –yo sólo podía mirar cómo todas esas mujeres te tocaban. No podía evitar que se acercaran a ti mientras yo sufría por no poder ser una de ellas...–.
–Te lo estás inventando, ¿verdad? –.
–No, es tan real como que estamos aquí. Tú acababas desnudo y esas chicas te... hacían de todo ahí abajo. Y tú me mirabas, como si estuvieras pensando en mí o algo– guardaron silencio durante algunos segundos. Sólo la respiración ya descontrolada del moreno rompía la ausencia del sonido –en realidad lo último sí me lo acabo de inventar. No sé sí pensabas en mí mientras jugaban contigo–.
Sin aguardar más se levantó de la cama sonriendo de manera irónica. Ni en sus mejores sueños, como los de Yuri, se habría imaginado estar así con ella.
–Desnúdate– dijo autoritario, algo que Yuri toleraba.
Ella deslizó su vista por su cuerpo y llegó a la leve erección que asomaba.
– ¿Por qué no lo haces tú? Yo no me voy a desvestir–.
Lucas avanzó con la intención de desnudarla pero ella lo esquivó soltando una sonora carcajada que fue el sexo para los oídos del chico.
– ¿Te gusta jugar? – preguntó él después de haber intentado más de dos veces atraparla. –Espero de que seas consiente de que soy más rápido y más fuerte que tú–.
– ¿Ah sí? Aprovecha esas cualidades, porque te harán falta–.
ESTÁS LEYENDO
Smooth Talk | WayV Lucas
Fanfiction¿A qué temperatura se derrite el hielo? No era una pregunta que Lucas se repitiera muy a menudo, en realidad nunca le había importado, pero aquella tarde estival de agosto, algo le hizo interesarse por la respuesta. Y ese algo se llamaba Yuri. . . ...