capitulo 1

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Me miré por ultima vez en el espejo. No era muy alta, 1'65. La verdad es que no estaba gorda, el entrenamiento me mantenía en linea. El pelo rizado me llegaba por el pecho, Los ojos marrones. No solía llamar la atención de los chicos, alomejor tenia algo que ver con Carlos, cada vez que hablaba con un chico él tenia "una charla" con el chico y desaparecía de mi vida...
Unos golpes en la puerta hicieron que volviese a la realidad, Carlos asomo la cabeza, esa cabecita de niño bueno cuando en verdad no tenia nada de bueno... El pelo se lo había peinado en una pequeña cresta, su pelo castaño no era muy largo, es más, era muy corto, lo que hacia muy difícil que la cresta se manteniese. Me miraba con una sonrisa y con esos ojos azules... Carlos tenia a todas las chicas que quería, pero no había salido con ninguna, todas las veces que nos habíamos mudado y empezado en un nuevo colegio, todas ellas se fijaban en él.
-¿estas lista?
Miré de reojo el espejo, una ultima vez, llevaba unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes básica negra. Íbamos a entrenar.
-si
-no sé como lo haces
Me giré para mirarle, él estaba a unos pocos centrimetros de mi. Me ponía nerviosa cada vez que hacia eso.
-¿hacer el que?
-todo lo que te pones te queda bien¿por que?
Le miré pensativa, le Sonreí
-soy un ángel,¿recuerdas?
-si, como olvidarlo, yo también lo soy... Un ángel muy guapo a decir verdad eh
-como no, el egocéntrico carlos ataca de nuevo
-¡oye! Yo no soy egocéntrico. Soy realista
Me reí ante su comentario.
-anda, vamos a entrenar
Bajamos las escaleras para ir a la sala de entrenamiento
-¿a entrenar?
Felix nos miraba desde la cocina. Él era el padre de la familia que nos adoptó, nos entrenaba a carlos, a sus dos hijos y a mi todos los días, hasta que una noche, llamaron a la puerta, su mujer fue a abrir, y la mataron de un tiro. Felix nos escondió a carlos y a mi en un armario y volvió a por sus hijos, cuando fue al salón, se los encontró con dos disparos en el pecho a cada uno. Sus dos hijos de 14 y 15 años estaban muertos junto a su mujer, a él le dispararon, pero fue solo una herida en el brazo derecho y se recuperó. Desde entonces no ha vuelto a ser el mismo. Carlos y yo teníamos 10 años, habían pasado seis.
-si
-son las cinco de la mañana
-hoy tenemos instituto y no podremos entrenar
-esta bien. El instituto empieza a las ocho y media. No OS canséis mucho
-esta bien
Una vez terminaron de hablar fuimos al sótano para poder entrenar...
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Un beso

El poder de los ángelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora