CAPITULO 5.

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Obsesión.

MARINA.

Camina como si el mundo fuera tuyo pese a estar viendo borroso, coquetea solo con la mirada y no dejes que vean más que la máscara que creas. Eso es lo que hago cuando bebo de más o me drogo en el trabajo.

—¡¿Vas a bajarte a las buenas o a las malas?! —Alex se enoja al pie de la mesa en la que estoy bailando.

Pero esto es una fiesta, otra fiesta, otro día, exactamente dos días después y en cuanto escuché música latina me subí a la mesa. Las personas me alaban y alientan, los únicos que me miran mal a mí y a todos son los chicos al filo de la mesa; Alex, Neithan, Hyung, William y Scott.

Al final termino bajando y saliendo con ellos al estacionamiento. Se prenden cigarrillos, Jeremiah un porro que ofrece y nadie coge.

—Extraño mi casa —comenta Hyung dándole una calada a su cigarrillo.

—¿Cuál? —le pregunta William—, ¿La de aquí o la de china? —bromea sacándole una sonrisa sin gracia.

—La tuya, cabron —le contesta divertido.

William mira hacia otra parte demostrando que no le sienta bien el comentario.

—Tenemos que ir a Seúl alguna vez, ver doramas ya no es suficiente —comunica Jeremiah.

—Apoyo eso, quiero probar todo, el Gogi gui, el kimchi, el jajangmyeon, las mandu guk, y todo lo que haya en los menús mientras bebemos soju —Me emociono—, también hay que entrar al Hotel Shilla Seoul a comer, y pasear por el Río Hgangang por la noche mientras comemos comida callejera... —Me callo porque mi vomito verbal los dejó atentos y quietos.

—Alguien ha visto más que doramas —nota Hyung—, me alegra que hayas investigado, a la vez que me intriga que ya tengas todo planeado.

Lo tuve, sí, o más bien, lo tuvimos...

—Es uno de mis destinos de ensueño —digo como si fuera algo muy común.

—Que no lo sea, vamos —alienta Jeremiah.

—¡No! —me altero—, prefiero Miami; playa, sol, arena...

Como me trata la vida, seguro voy y me lo encuentro de frente.

—Y tú en traje de baño, no sé ustedes, pero yo eso no me lo pierdo.

—Tenías que salir con tu guarrada —le quito el porro y lo piso en el suelo ganándome una queja a la que no le pongo atención.

—Bien, ya tenemos plan para las vacaciones de fin de año —concreta Neithan.

—Los esperaré allá —avisa William.

—Trata de no morir con una sobredosis, alcoholizado hasta los pies o asesinado por polla caliente —le digo.

—¿Celosa? —se burla—, descuida, la silicona no me gusta tanto.

Le volteo los ojos y Neithan lo empuja.

—Hasta crees que podrías —le espeta en juego.

—Me gustan los retos, Marina, no me des uno —William me mira pese a estar frente a Neithan que se lo toma como broma, o eso espero.

—Seguimos aquí, tortolitos —inquiere Jeremiah.

—Lastimosamente —murmuro y me pasa un brazo por los hombros.

—Marina está enamoradísima de mi —afirma—, y yo de ella —me da un beso en la mejilla y me alejo limpiándome la mejilla con la palma.

—Vámonos orangutanes descerebrados, les invito un desayuno.

PERPETUO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora