Por ti me rendí.

1. Idealización.

Caminaron juntos, tomados de la mano ante una sociedad que observaba con cierta incredulidad y burla la unión entre el llamado "hijo usurpador de los Moriarty" y el menor "descarriado" de los Holmes. Apenas dieron unos pocos pasos y no tardaron en escucharse los crueles cuchicheos de los invitados.

«No podía esperarse menos del menor de los Holmes, contrayendo matrimonio con un usurpador»

«No entiendo como Moriarty es capaz de mostrarse en público, ahora que su familia ha caído en la completa miseria, es claro que este matrimonio es llevado a cabo por conveniencia»

«Moriarty, un completo descarado, no le ha bastado con tomar el lugar de su hermano»

Sherlock se aferró a la mano de William, se sentía terrible de no poder hacer nada y permitir que los murmullos continuaran. Inhalo profundo intentando controlarse e ignorar los descarados susurros que llegaban a sus oídos, a su vez, con cierta inseguridad volteo a mirar a su prometido, pero contrario a lo que acontecía, su rostro se mostraba tranquilo, en completa paz y con una entereza envidiable. De solo apreciarlo, pudo sentir la paz del muchacho como propia y su corazón se ensancho de orgullo al reconocer el tipo de persona con el cual estaba por unir su vida. Un hombre fuerte y brillante, alguien que como a él, no le importaban las apariencias, ni los chismes de la aristocracia, que incluso, era mucho mejor a él haciendo frente a todos.

—¿Sucede algo, Sherly? —pregunto el joven al sentir la mirada de Sherlock encima de él.

—No es nada, Liam.

De frente al juez, este dedico un par de palabras que enaltecían los derechos y obligaciones del matrimonio, hablaba de la importancia de la unión por los medios legales y daba breves ejemplos de vida, tomando su propio matrimonio como experiencia a ser compartida. Durante todo el acto, Sherlock no aparto ni por un instante la mirada de William, quien a su vez atento observaba y escuchaba al juez encargado de llevar a cabo la ceremonia, el joven asentía cuando debía hacerlo y agradecía por sus palabras.

En esta situación, Sherlock comenzó a cavilar un poco, él no sabía a ciencia cierta que era el amor, jamás lo había experimentado y para ser sincero, tampoco lo había buscado, aquel concepto tan subjetivo no había llamado suficientemente su atención como para desear entablar una relación amorosa con nadie. No aportaba nada bueno, por lo que, así hubiera sido el ser más bello sobre la tierra, seguramente lo habría pasado de largo. Su corazón no sabía que era el amor, pero si la admiración y precisamente, eso es lo que había sentido por William cuando años atrás por mera casualidad sus caminos se cruzaron en un viaje en tren. En aquel momento quedo sorprendido ante la brillante mente del matemático, tanto que no dudo ni un segundo en frecuentarlo.

—Por favor, si alguien tiene inconveniente en que se lleve a cabo la unión entre los señores Moriarty y Holmes, es mejor que hable ahora o calle para siempre —anunció el juez.

Los cuchicheos se callaron y un absoluto silencio reino en el ambiente, ante tal escenario solo una persona deseaba hablar e interrumpir todo para llevarse a su hermano a casa con él, pero obviamente no haría nada. Louis se doblegaría a la voluntad de William y, confiaría ciegamente en él como lo había hecho en el pasado. Desde su asiento, Louis apretó con fuerza los puños hasta quedar los nudillos completamente blancos a causa del esfuerzo, pero no dijo palabra alguna.

—Bien, de ser así...—continuo el juez al no encontrar objeción —Doy por legalizado este matrimonio, por favor pueden firmar las correspondientes actas.

William tomo una pluma de al lado suyo, y sin dudarlo firmó la primera acta para después pasarla a su ahora esposo para su firma. Sherlock la cogió complacido admirando el documento. Todo era tan nuevo e imposible para él; en sus momentos más oscuros jamás espero vivir ese tipo de experiencia y si se lo hubieran planteado, seguramente habría dicho que estaban locos por siquiera insinuarlo, pero ahora lo estaba viviendo y estaba seguro de que este nuevo paso, iniciaría la etapa más feliz de su vida.