32. Viviendo Juntos

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*Viviendo Juntos*

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*Viviendo Juntos*

Beth Anderson

Ahora que me gradué ya no sé qué hacer con mi vida, estoy buscando trabajo como loca por varios hospitales aquí en Bristol para poder trabajar, en el que hice las practicas fue mi primera opción, pero debo esperar a ver qué me dice su jefe para poder empezar a trabajar ahí

—¿Aun no encuentras trabajo conejita?

—No aun no

Leonardo se acerca a mí y me rodea con sus brazos, estamos en su empresa, aquí prácticamente me la he vivido mientras él trabaja salgo con algunos de sus empleados a comer obviamente con el permiso de Leonardo, se turnan para venir conmigo y es genial conocer a gente nueva pero aun así quisiera poder estar yo en mi propio lugar de trabajo

—Ya te dije que yo podría mantenerte no necesitas trabajar

—Aun así, quiero aportar algo yo con algo de mi esfuerzo

—Eso quiere decir que si aceptaras vivir conmigo

Me rio, aunque si aceptare, me gusta cuando empieza a sacar sus teorías respecto a algo

—Si Cariño

—Genial, así podre mirarte todos los días

Me rio y me alejo de el para ir a mi computadora que está en la mesita enfrente de los sillones, la prendo y reviso mi correo, pero no tengo nada hasta que mi celular suena, me acerco a él y lo tomo

—¿Hola?

—¿Nos comunicamos con la señorita Beth Anderson?

—Soy yo

—Hemos leído su curriculum y además sus prácticas impartidas en estas instalaciones queremos darle la bienvenida a trabajar con nosotros

—¿De verdad?

—En efecto, puede empezar la próxima semana, pasaría por su uniforme a su nueva área de trabajo, ahí le darán los nuevos detalles

—Gracias

—A usted, por elegirnos como su opción de trabajo

Termino la llamada y me giro hacia Leonardo que me está viendo con curiosidad al ver mi rostro con emoción, yo corro y le salto encima él se tambalea hacia atrás por mi impulso, pero se compone y me sigue deteniendo lo abrazo con todas mis fuerzas y le beso el cuello

—Tengo trabajo y empiezo el lunes

—Eso es excelente, podemos utilizar este fin de semana para preparar tu mudanza, dejare unas cajas hoy en tu casa para que empaques y yo iré a limpiar un poco mi casa para acomodar tus cosas

—Está bien

Por el resto de la tarde el decidió acompañarme a comer, salimos de la mano, hasta un restaurante, solo comimos y nos regresamos a la empresa, le beso los labios y me dirijo con Susana para ver sus nuevos diseños, la encuentro sentada en su mesa con un lápiz en su mano mientras traza algo en una hoja, está concentrada en su diseño que no dan ganas ni de molestarla n lo absoluto

Estupido MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora