Efímero

Dame el cuchillo.

Despierto y escucho un pitido en mis oídos, de fondo se oyen lo que parecen gritos. Me trato de mover pero no puedo, todo mi cuerpo me duele. Abro mis ojos con todo el esfuerzo que puedo y veo escombros a mi alrededor. Hay un cuerpo más adelante de mi, es Vladimir, no tiene la mitad de su cuerpo, esta muerto. Me vienen los recuerdos de lo que paso, él era la bomba, no estaba en mi habitación. Vuelvo intentar moverme pero siento un espasmo de dolor que va desde mi cabeza hasta las puntas de mis pies. Suelto un gemido de dolor. Decido que no vale la pena moverme. Vuelvo a cerrar mis ojos esperando quedarme dormida.

-Adeera.- escucho una voz lejana llamarme pero no le presto atención. -Preciosa, no cierres tus ojos.- Alexander, esta vivo, eso es bueno. -Vamos despierta, no te duermas. Hay que salir de aquí.-

Murmuro algo parecido a no querer moverme, hasta eso duele. Siento como me levanta de las piernas y hace que mis brazos rodeen su cuello. Sigo con los ojos cerrados, aún no pienso abrirlos. Escucho algunos sonidos que muestran que a él también le duele el cuerpo. Me gustaría pararme para que no le doliera cargarme pero no puedo. No quiero. Me siento segura así. Unos segundos después, no le hago caso a las constantes palabra de Alexander y me quedo dormida.

.............................................................................................................................................

Vuelvo a despertar pero escucho esta vez maquinas de lo que parece ser un hospital, en el que me encuentro. Ya no duele tanto como antes moverme. Siento que alguien me esta agarrando mi cicatriz por lo que me muevo lo mas rápido que puedo para que pare quien quiera que sea.

-Calma, solo estoy checando.- cuando volteo a ver dónde esta la voz es un hombre de casi treinta años diría yo, flacucho de ojos cafés.

-No hay razón para que toque esa, es de hace tiempo.- le digo viendo el hoyo en un lado de mis costillas. Solo me sonríe amablemente y empieza a escribir algo en un cuadernillo.

-Soy el Doctor Garner.- se presenta.

-Doctora Muller.- hago lo mismo. Uso el doctora porque el uso el doctor y bueno yo también lo soy.

-Te diste unos buenos golpes, algunas costillas rotas y esguinces por casi todo el cuerpo.- me dice.

-Eso pasa cuando una bomba te explota casi casi que el la cara.- le digo no de una forma muy amable. Solo me ignora. -¿Cuántos muertos hay?.- le pregunto.

-Dos, los que estaban en la sala contigo, el tercero sobrevivió.- Vladimir esta muerto, en la sala solo estaba Alexander y un guardia. Trago grueso esperando que Alex sea el que sobrevivió.-La sala contuvo la explosión pero ustedes que estaban adentro.- no continua la frase.

-El que sobrevivió ¿Tenía los ojos azules?.-

-No te podría decir mucho, yo no lo atendí, pero en cuanto este desocupado, le preguntare a mi compañero.- sale de la habitación sin decir nada mas. Bueno por lo menos los demás están bien.

Entendí el mensaje, alguien nos quiere muertos, bueno si es que Alex no lo esta, espero con todo mi corazón que no. Tengo miedo, eh de admitir que en estos meses le eh agarrado cariño, mas del necesario y no se cómo reaccionaria si descubro que esta muerto. Bueno alejando esos pensamientos y pensando que esta vivo, ¿Quién nos quiere matar?. Supongo que de mi parte sería Garret y de Alexander quién sabe. Maldito que se guarda sus cosas para él mismo. SI me dijera mas cosas igual y no estaríamos a ciegas ahorita.

Me paso la tarde acostada en la cama, a escondidas checo mi expediente y no hay nada muyyy grave. Agradezco ser doctora para entender todo esto. Llegado un punto me estreso e ignorando todo lo grave que me puede pasar, me paro y voy de cuarto en cuarto buscando a alguno que sea él. Llego al ultimo cuarto y ahí esta él, vivo y dormido. Cuando estoy al lado de el lo golpeo en el brazo, la que provoca que se despierte y me mire feo.