Adiós a mis besos favoritos.

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No sé que estaba pensando cuándo bese a Alexander, pero estaba ahí tan guapo y provocador. Y además, lo que queda en Alemania, se queda en Alemania. ¿Cierto? Digo no me voy a quejar de ese beso ni de los siguientes que vinieron, tengo que aceptar que es el mejor besador que conozco. Lo que es horrible. Se supone que no me cae bien y somos compañeros de trabajos. Después de venir decidí quedarme en un hotel para pensar, no me quejo me la pase bien y mi mente se aclaro y que el italiano macabro viniera fue un poco refrescante.

Desde que llego no ha sido nada mas que besarse y besarse y luego actuar como si nos odiáramos. Nada ha cambiado más que los besos y bueno me gusta que no cambiemos por lago que es tan natural y sin importancia.

Cambiando de tema, también estoy segura que el viejo sabe dónde estoy ya que un pajarito me informó sobre un rastreador en uno de mis cuchillos, y como buena espía, revise todos y me deshice del que que ya había. Parece que no paro de encontrar cosas.¿Qué hice en la vida para que nadie confiara en mí?

Siento un beso en mi nunca lo que me hace voltear mi cuerpo, encuentro a Alexander viéndome fijamente.

-Buenos días.- me dice sentándose en la cama.

-Buenos días.- me siento también.

-¿Estabas despierta?-me distraigo un poco viendo su pecho desnudo.

-Si, pensaba un poco.-

-¿Sobre?.- dice mientras se para a abrir las cortinas.

-Lo que va a pasar mañana cuando vuelva.- se vuelve a sentar. -Bueno esto entre tu yo lo vamos a ignorar, ellos van a estar arrepentidos y Garret va a estar afuera como un loco haciendo quien sabe que.-

-Y quieres ir tras el.- afirma.

-Por lo menos saber que hizo con la información que robo.-

-Que dices de ir a desayunar y a pasar el ultimo día libre feliz y dejar el drama. Ya mañana veremos los seis todo eso, pero aun no es el momento.- me gustaría preguntar cuándo va a ser el momento pero prefiero no arruinar el ultimo día que voy a disfrutar. Ya tendré suficiente tiempo para pelear con él.

-Tienes razón, me voy a cambiar.- me paro y me dirijo hacia el vestidor.

Me pongo un vestido holgado para la playa y por él espejo veo su espalda desnuda mientras se pone una camiseta. Digo, esta buenísimo. Esto no va ser uno de esas personas con las que te arrepientes enrollarte.

Estuve dos semanas aquí haciendo pura tontería pero también pensando sobre lo que debería hacer para dejar todo esto atrás y lo único que se me ocurre es atrapar a Garret y hacerlo mierda. Él no merece estar en libertad mientras que yo sufro por todo lo que dejo atrás.

Bajamos a desayunar y hay un buffet. Agarramos algo para comer y platicamos sobre cosas banales durante la comida. Me divierto mucho con él por más que nuestras personalidades choquen. Es una buena persona con todo y sus secretos, digo hace un mes que lo conozco y aun no sé nada de el más que es un buen besador.

-Dime algo de ti.- le pido.

-Tengo el pelo negro.- me contesta instantaneamente.

-No seas idiota, algo personal.-

-No es un tema del que me guste hablar.- se nota en su cara que no quiere hablar del tema pero esta vez no lo voy a dejar.

-¿En serio? No lo sabía, pensé que eras un libro abierto.- le digo con sarcasmo.

-No seas pesada.- me reclama.

-Oh vamos señorito D'Angelo, amigo del alma, compañero, mi italiano favorito, el mejor con un tridente.....-

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