Karamatsu
Los días habían pasado, tres para ser exactos, el día había llegado y todos tenían sus lugares asignados, yo estaba al fondo del bar, con esta mujer blanca, de cabellos largos y negros bailando frente a mí con movimientos elegantes en un tubo, la verdad es que no le prestaba la mínima atención, mis ojos estaban en mi hermano, quien estaba parado el frente del bar, con aquel vestido y peluca, aún me repudiaba la idea de verlo así, pero no tenía otro plan en las manos, la vida de Osomatsu estaba en juego y me había prometido totalmente no dejarlo esta vez.
De pronto Choromatsu caminó hacia la barra y ahí tomó asiento, donde la alegre Jyushiko le sirvió un trago mientras hablaban de algo que no alcanzaba a escuchar por la potente música que hacía incluso retumbar mi pecho.
De pronto por la puerta lo vi entrar, extrañamente venía solamente acompañado por otros dos, Osoko los recibió y fueron de inmediato a la sala VIP, no muy exclusiva a decir verdad, desde donde yo estaba podía verlos, no claramente, pero al menos podía verlos.
Choromatsu llegó a la escena, se sentó al lado de Atsushi y este lo abrazó por la cintura acercándolo a él de manera brusca, la sangre hirvió en mi interior y estaba a punto de ponerme de pie cuando el enorme tacón afilado de la dama frente a mí se posó en mi pecho y me empujó para volver a sentarme.
— No seas idiota. — Pronunció la chica mientras bajaba de su mesa para sentarse en mis piernas con una pierna a cada costado mío, jugueteando con su cabello. —Sé paciente, si lo arruinas, no tendrás otra oportunidad. —
Podía odiarla, pero esa mujer tenía razón, aún así, no tenía "ganas" hoy, así que la tomé por los costados y la levanté de golpe haciéndola posarse de nuevo en la mesa. —Baila, querida, te queda mejor — Dije con una sonrisa mientras ella volvía a bailar en el tubo mostrándome el dedo medio de su mano derecha.
Volví mi mirada a la mesa de mi hermano, ahora había un maletín abierto frente a los ojos de Osoko quien ahora era ella la que abrazaba a mi hermano por los hombros, seguramente lo del maletín era dinero, una manera de convencer a mi hermano, en ese momento mi ceño se frunció, se suponía que solo hablarían, se suponía que Atsushi solamente iba a pasar el rato con mi hermano y nada más pasaría, pero no fue así, lo peor de todo fue cuando Osoko tomó el maletín, le dio la mano a Atsushi y acto seguido este tomó a Choromatsu llevándole a rastras hacia la parte de atrás, donde se encontraban las habitaciones privadas.
No pude resistirlo más, me puse de pie, y caminé con furia hacia allá.
"—¡Hey! ¡Ven, Karamatsu! —"
Extrañas coincidencias de la vida, justamente cuando la hermosa Ichiko gritó eso, la canción que retumbaba por todo el bar había terminado, lo que provocó que este grito se oyera por todo el lugar, por supuesto el nombre "Karamatsu" no pasó desapercibido para la gente de Tougou/Atsushi, quienes de inmediato se pusieron de pie para intentar lastimarme.
La música sonó de nuevo con la misma potencia mientras las personas de Atsushi se aproximaban a mí, sinceramente yo me encontraba cansado, lastimado, acababa de salir del hospital, todavía no me curaba del todo y no quería perder mis fuerzas con ellos, así que no perdí tiempo alguno, saqué mi arma y dos disparos precisos bastaron para dejarlos en el suelo.
La música se detuvo, las chicas gritaron y se agacharon cubriéndose la cabeza, yo no tenía más intenciones de disparar, al menos no contra ellas.
Caminé hacia Osoko completamente rabioso y le arrebaté el maletín para luego levantarla del cuello de la ropa con una mano. —¡Me mentiste! Perra codiciosa. — Dije rabioso.
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Secretos. (Fanfic Osomatsu san)
FanfictionOsomatsu jamás se pudo imaginar los secretos que escondía la familia Matsuno.