08.

112 14 3
                                    

Mi mirada oscilaba entre el techo y Sabo, en frente de mí mientras se mordía una uña; él me citó para hablar en un starbucks, cosa rara pues vivíamos juntos, pero prefería no alertar a Luffy y Ace, tomaba de mi café caramel mientras me queda mirándole.

—¿Y bien?—Pregunté, dando otro trago.
La verdad es que Ace nunca estuvo muy al pendiente y fue fácil marearlo, y Luffy siquiera sabe que es ser «novios».—Se le podía ver afectado, sin poder mirarle al rostro y aferrando su pulgar a sus labios.—La verdad pensé que él era el indicado para tí, sólo quería verte feliz.—Mi entrecejo tristemente se relajó, por un lado lo podía entender, Sabo me consoló cada noche que llegué a llorar por mi pasado.

«—¿Ashley? —La dulce voz del pelirubio retumbó en el vacío cuarto de la residencia Monkey D, del baño provenían unos sollozos secos y dolorosos, cuándo lloras tanto que tus ojos se hinchan y tu garganta duele de lo que se encontraba, pues así. Él se acercó a la puerta y musitó un:—Entraré ahora, ¿de acuerdo?

La voz del otro lado no respondió y él al abrir la puerta encontró a la peli castaña sollozando en la esquina de la bañera, con la ropa totalmente seca, pues en realidad nunca abrió la ducha siquiera.
Oh, Ashley...

El pelirubio sintió como su pecho se aprisionaba y su garganta tenía un nudo.—Ven acá.
—Él extendió sus brazos mientras se acercaba con cuidado para no asustar le y ella le abrazó a lo que estaban suficientemente cerca, acurrucandose los dos en la bañera. La niña apretaba en puños una parte de la ropa adversa mientras apoyaba su cabeza contra su pecho y llorando aún más fuerte. El acarició su melena suavemente—Vamos, está bien llorar, puedes contar siempre conmigo, Ash.-»

—Entiendo esa parte... ¿Sabes? Pero... Agh.—Puse mi pulgar e índice en mi tabique apretando el entrecejo y mis labios.—¿Por qué ocultarme que él tenía novia?
—Sabo exhaló y me miró finalmente.

Siendote sincero... No lo sé, sólo me guíe por mis creencias. Y en algo no me equivoque, ¿sabes? Lo amas.

—Sus palabras eran ciertas, lo amaba. Y aún no entendía bien como. Aunque en parte lo entiendo porque, pues fue un año de charlas fugaces cariñosas en el café y algunas citas furtivas, y me enamoré.

El amor no tiene tiempo, te puedes enamorar en tres años como en tres segundos, pero la verdad nunca pensé que a mi me sucedería.

Sí, Sabo. Yo lo amo, ¡aquí el problema es que el tiempo le sobró tanto a tí como a él de decirme algo, de dejar a su novia, ¡de contarme todo!¡Lo hubiera entendido!—Di un golpe en la mesa llamando la atención de algunas a mi alrededor y soltando un gruñiendo
—¡El problema fue que fui el cuerno, y tú no pudiste decirme un coño, te metiste en mis asuntos y Trafalgar no tuvo los cojones para tomar una decisión!—Mi pecho se comprimió y sentí que estaba a punto de llorar.
—¡Jugaron con mis sentimientos, y con los de esa chica, Monet!

Sabo me miraba triste.—Tienes razón..—Musitó mordiendo su pulgar nuevamente.

—¡Claro que la tengo!—Agarré sus mofletes y los estiré en dirección contraria.
No regpefe tu libfe albefgio.—susurró aún con las mejillas estiradas, se las solté.
Vuelves a hacerme algo como eso y te destriparé y haré tu hígado sopa.—Le apunté con mi vaso.

Al final todo siguió casi igual, porque en realidad le perdí totalmente la confianza porque aunque le haya perdonado, él me había traicionado.

Octava parte de la carta
hacía Monet.

Sour Candy. Trafalgar Law x Tu (Song-fic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora